Una granja de lo más cozy
Sugardew Island, es el juego desarrollado por Rokaplay. Un simulador de granja, de esos que no paran de aparecer en estos años, que busca ofrecer una experiencia relajante y acogedora, bajo unas bases bastante clásicas.
Una experiencia con un claro enfoque en la gestión y venta de productos vegetales y animales de una granja. Donde desde el cuidado de animales, hasta la propia restauración de una isla mágica, se unen en un juego que promete mucho, pero que ciertos matices no lo han echo alcanzar el nivel que hubiese deseado, como os vengo a contar en estas líneas.

¿De que va todo esto?
Sugardew Island, nos sitúa en una isla que ha perdido su equilibrio debido a la avaricia humana, lo que ha provocado la desaparición del Árbol de la Armonía y la huida de los espíritus del bosque. Cosa que nos lleva, como protagonista que somos, a la misión de restaurar la isla a base de cultivar, criar animales, y vender productos en nuestra tienda para recolectar puntos de armonía.
Como ya os digo, Sugardew Island es un simulador de granja que combina la agricultura, la gestión de una tienda y la interacción con los habitantes del bosque. El núcleo del juego gira en torno a la recolección de puntos de armonía, que se obtienen vendiendo productos en la tienda y completando misiones asignadas por el Árbol de la Armonía. Estos puntos permiten restaurar la isla, desbloquear nuevas áreas y mejorar las instalaciones de la granja.

Todo ello bajo un diseño relajante y sin presiones. Donde variadas mecánicas simplificadas, lo hacen muy accesible gracias a facilitar la gestión de la granja. Una granja donde podremos; cultivar plantas, criar animales, recolectar recursos y personalizar su personaje. Todo ello, unido a un sistema de ventas en la tienda, lo que añade una capa de interacción con los clientes, quienes intentan negociar los precios de los productos.
Tengo que decir, que aunque Sugardew Island ofrece una experiencia familiar para los fans del género, introduce algunas innovaciones bastante interesantes, como puede ser la automatización de tareas repetitivas y la posibilidad de trabajar en varias casillas a la vez. Eso sí, por otro lado adolece de falta de variedad y profundidad en la jugabilidad.

Los detalles más y menos interesantes
Uno de los mayores aciertos de Sugardew Island es su atmósfera relajante, preciosista y con un estilo de lo más coqueto. Los gráficos, poseen un genial colorido, y un cuidado diseño artístico. Creándose un mundo acogedor que invita a la exploración y la desconexión. Y donde detalles como los efectos de iluminación y los detalles ambientales, como el movimiento de las plantas con el viento, refuerzan la sensación de calma y tranquilidad.

Como ya os decía, la facilidad de sus mecánicas son un claro punto fuerte. El juego elimina algunas de las tareas más tediosas de los simuladores de granja tradicionales, como recargar la regadera o alimentar a los animales uno por uno. Haciendo que con estas mejoras la gestión de la granja sea más fluida y menos estresante, lo que se ajusta perfectamente al tono relajante del juego.

Además, por otro lado, tengo que destacar el sistema de ventas en la tienda, aunque tiene sus defectos, añade un toque de interacción que diferencia a Sugardew Island de otros títulos del género. Y es que la posibilidad de negociar precios con los clientes y recibir consejos sobre cómo mejorar las ventas añade una capa de estrategia muy curiosa e interesante.

Por desgracia, y a pesar de sus virtudes, Sugardew Island adolece de varios problemas que afectan negativamente la experiencia. Uno de los más evidentes es la falta de variedad en las actividades. Mientras que otros simuladores de granja ofrecen una amplia gama de opciones, como minería, pesca, cocina o interacciones sociales con los diferentes habitantes de la zona, este título se limita casi exclusivamente a la agricultura y el cuidado de los animales. Esto hace que la jugabilidad se vuelva monótona con el tiempo, especialmente para aquellos que buscan una experiencia más completa.

Por otro lado, el sistema de ventas, aunque interesante en teoría, resulta tedioso en la práctica. Los clientes compran cantidades muy pequeñas de productos por visita, lo que ralentiza significativamente el progreso. Y aunque algunas misiones requieren acumular grandes cantidades de puntos de armonía, lo que puede convertirse en una tarea frustrante debido a la lentitud del proceso de venta.

Tampoco quiero dejar de nombrar, ciertos problemas técnicos como; unos tiempos de carga frecuentes, especialmente al cambiar de áreas, que rompen el ritmo del juego y afectan la inmersión. Además, errores como la desaparición de objetos o fallos visuales restan preciosismo al mundo del juego.

Por último, la narrativa y las interacciones sociales son prácticamente inexistentes. Y aunque el objetivo de restaurar la isla es claro, no hay personajes a destacar, ni diálogos profundos que den vida y sentido al mundo de Sugardew Island. Esto hace que la experiencia se sienta solitaria y carente de conexión emocional.

Conclusiones
En conclusión, Sugardew Island es un simulador de granja que logra crear una atmósfera relajante y acogedora, ideal para aquellos que buscan una experiencia tranquila y sin presiones, o que lleguen por primera vez a un juego de este tipo. Ya que aporta detalles como unas mecánicas simplificadas y su estilo visual lleno de amor, haciendo que la gestión de la granja sea algo de lo más agradable.
Sin embargo, la falta de variedad en las actividades, los problemas técnicos y la ausencia de una narrativa que de sentido a la experiencia, rompen demasiado la experiencia, y hace que las pocas horas no haya incentivos para mantener el interés en la aventura.
En resumen, Sugardew Island es una propuesta interesante que demuestra el potencial de Rokaplay, pero que necesita más pulido y profundidad para competir con los grandes del género. Para aquellos que buscan una experiencia sencilla y relajante, este título puede ser una opción válida, pero quienes esperen más variedad y desafíos probablemente quedarán insatisfechos.
