Pocas veces he sentido que un videojuego me devolviera a una época tan específica de mi vida como lo ha hecho The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered. Una nueva versión de uno de los juegos de rol más influyentes del siglo XXI, que no solo ha modernizado una experiencia brutal , sino que me ha permitido revivir una aventura de esas aventuras que en su momento me dejó bastante marcado.

Y es que Bethesda, en colaboración con Virtuos, ha apostado por una remasterización realmente ambiciosa, que ha conseguido mantenerse fiel al espíritu del juego original, al mismo tiempo que ha incorporado mejoras visuales y jugables que, en la mayoría de los casos, han acertado en el blanco.

Como era de esperar, las bases jugable y narrativas de esta versión, están prácticamente intactas, por lo que volvemos a ser ese prisionero anónimo, envuelto en una conspiración que pronto nos llevaría a recorrer los vastos y preciosos paisajes de Cyrodiil y los infernales planos de Oblivion. Y con ello gozar de nuevo de esas libertad prácticamente absoluta, donde elegir nuestro camino, conocer todo tipo de personas y personajes, entablar amistades y alianzas, y mantener una ingente y variada cantidad de elecciones donde la moralidad entraba de lleno en la parte jugable.

Análisis de The Elder Scrolls IV Oblivion Remastered

Todo ello planteando bajo el rol de una amplia cantidad de personajes que nos acercan a ser desde, un hechicero de lo más solitario, pasando por un aguerrido y noble caballero, hasta pasar por un sigiloso asesino, entre una ingente cantidad de posibilidades. Donde la concepción rolera de subidas de nivel, la adquisición de habilidades, progresión de nuestro potencia y atributos, y esas posibilidades de personalización a nivel de equipamiento can tanto juego dan. Cantidad de opciones basadas en el rol más clásico que son imposible no gozar.

Sin lugar a duda quiero destacar el mítico sistema de virtudes, uno de los agregados más notables, que ha terminado reemplazado al sistema de mejoras porcentuales que tantos sufrimiento y dolor de cabeza provocó en el juego original. Así que ahora al subir de nivel veremos como se pueden aplicar beneficios de forma inmediata sin necesidad de hacer cálculos, y ante todo, sin preocuparnos por desequilibrios absurdos en el escalado de enemigos.

Análisis de The Elder Scrolls IV Oblivion Remastered

Sin duda, lo que más me ha sorprendido ha sido el apartado visual. Gracias a Unreal Engine 5, Cyrodiil ha recobrado vida con un nivel de detalle que no habría podido imaginar en 2006. Las texturas, la iluminación dinámica y los modelos de personajes han aportado una belleza inesperada a un mundo que, aunque ya conocía de memoria, me ha resultado nuevo a cada paso. Y es que disfrutar de los reflejos sobre el agua, el pelaje o escamado de lo más detallado en los animales y seres, consiguen hacer de la experiencia visual todo un portento que hace que no parezca el mismo juego.

Análisis de The Elder Scrolls IV Oblivion Remastered

Se ha hecho también muy buen trabajo con la parte de los diálogos, el trabajo de caracterización, y las propias animaciones. Entrando aquí el que ha habido una regrabación de muchas de las líneas de diálogo, a lo que se le ha unido una mejora en la sincronización labial, y especialmente a destacar, unas nuevas animaciones en el combate que le dan un aspecto mucho más realista y dinámico, que se acerca más a los tiempos que corren.

También tengo que subrayar que incluso en detalles como exploración he notado mejoras. Y es que ahora todo es mucho más agradecido y transmite de mejor manera, cosa que se agradece mucho ya que siempre ha sido el alma de la saga, y ahora resulta más gratificante e impresionante que nunca, gracias especialmente a la ambientación lograda, donde desde la atmósfera de las mazmorras, pasando por esos los efectos lumínicos ya nombrados, e incluso con temas como los fluidos y las físicas, terminan por dar vida y sentido.

Análisis de The Elder Scrolls IV Oblivion Remastered

Por último, me ha parecido un total acierto incluir todo el contenido adicional que apareció a lo largo de los años. Así que podremos disfrutar de Shivering Isles, Knights of the Nine y otros pequeños contenidos extras que siempre son de agradecer y dan mucha vidilla al juego.

Sin embargo, no todo ha sido luz. Y es que he sentido como algunos lastres y malos recuerdos del título original volvían a resurgir. Ahí entra por ejemplo la inteligencia artificial de los enemigos, que sigue siendo igual de torpe por norma general. Y aunque las animaciones y los sistemas de impacto han mejorado, el combate sigue anclado en un sistema que, frente a los estándares modernos, se nota limitado y bastante anticuado.

Análisis de The Elder Scrolls IV Oblivion Remastered

También he experimentado ciertos problemas de rendimiento, especialmente en zonas abiertas. Donde me he tomado con caídas de fotogramas, y es que pese a que este Unreal Engine 5 ha hecho maravillas en lo visual, su coste en rendimiento se ha notado, por lo que los equipos ya os digo que van a tener que dar lo mejor de ellos.

Por último, comentar que la interfaz, si bien ha recibido un buen rediseño, he echado de menos más opciones de personalización y posibilidades de gestión y accesibilidad más intuitivas en el inventario y el diario de misiones, que podrían haber convertido la experiencia en algo más sobresaliente aún.

Análisis de The Elder Scrolls IV Oblivion Remastered

En definitiva, mi regreso a estas tierras de fantasía ha sido una experiencia maravillosa que me ha recordado por qué Oblivion se ha ganado un lugar de honor en la historia de los juegos de rol occidental. Una remasterización, que aunque no ha sido una reinvención radical de la entrega, si me ha parecido más que necesaria, bien acabada y muy apropiada. Y es que se ha hecho un genial trabajo respetando el juego original, pero con esa nueva piel que, aunque con detalles y matices heredados, alcanza unos niveles de embellecimiento en la experiencia maravillosos, y sin traicionar su propia esencia.

Y es que aunque The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered no es un remake, y no ha pretendido serlo, este es capaz de ofrecer una versión actualizada, técnicamente sólida, y visualmente bastante impactante, de un clásico que ya era grande en su época. Y que me ha conseguido trasladar y hacer disfrutar, de nuevo, de mi regreso a Tamriel.

Sin lugar a duda esta ha sido una experiencia nostálgica, llena de amor rolero, y a la vez de lo más fresca. Habiendo sido capaz de capturar lo que hacía único a Oblivion y presentarlo bajo una luz moderna y mucho más accesible, que hace que este maravilloso Oblivion esté más vivo que nunca.

Código digital proporcionado por Ziran Comunicación

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