Con cuantas ganas, pero que complejo ha sido el izar la bandera negra de este Captain Blood. Y es que no he querido dejar pasar la oportunidad de disfrutar, y sufrir, un título que ha resucitado de las profundidades del olvido tras varias décadas en las profundidades olvidadas de los proyectos cancelados. Y es que este juego, fue originalmente concebido en los primeros años de la década de los dos mil, y como ya os digo, cancelado antes de ver la luz, habiendo regresado tal como lo dejaron a la actualidad.

Un juego de acción, que trae como bandera una mezcla de nostalgia, piratas y rugidos de cañón. Que me ha embarcado en esta aventura de capa y espada, encarnando al temido Peter Blood en un mar de piratería, pólvora, y traiciones, ambientado en las tierras colonizadas por el Imperio español. Un juego durillo de disfrutar, complejo de analizar, y ante todo, necesario saber poner en contexto lo que es y cómo ha llegado a nuestros días esta particular obra

Entrando ya en la aventura. Deciros que Captain Blood se plantea como un hack and slash de corte lineal, ambientado en un siglo XVII que va de lo romántico a lo más brutal. Donde un esquema basado en misiones episódicas, centradas prácticamente todas ellas en el combate, y en una correcta dosis narrativa.

Análisis de Captain Blood

Para ello, nos vamos a poner en papel de este intrépido capitán, en un juego que toma una perspectiva en tercera persona. Llevándonos a enfrentar a oleadas de enemigos con espadas, pistolas y explosivos, mientras desbloqueamos variados combos mediante la recolección de oro. Y como ya os digo, todo ello bajo un esquema de fases variadas y variopintas, que nos llevan desde abordajes navales, pasando por combates en tierra firme, hasta bombardeos con cañones de otras embarcaciones, todo bien salpicado por escenas cinemáticas que intentan hilar una narrativa de traición, gloria y redención.

Análisis de Captain Blood

Entrando más en detalles. He sentido como Captain Blood brilla especialmente cuando se deja libre y te quitas de la mente toda clase de juicios jugables propios de otra época. Terminando por se uno de esos juego que es mejor tomártelo como una experiencia casi retro. Y es que entrar en esas batallas navales con cañones fijos, en los abordajes en cubiertas estrechas, o en las espectaculares ejecuciones tras toscos movimientos, causan esa sensación de ser una experiencia llena de energía, buenas intenciones, y ese carisma que hoy en día falta en tantos juegos, pero con esos lastres de la época de donde procede. Y es que esas fases de acción tan directa, donde por ejemplo he defendido la cubierta de un barco contra hordas de intrépidos piratas de poca monta y algún que otros jefazo, me han hecho experimentar divertida situaciones, dentro de su dureza mecánica y jugable que ya tenía en mi mente ante de tener el juego en mi poder.

Análisis de Captain Blood

El estilo visual, está inspirado en cómics de aventuras, dando al juego una identidad artística sólida y coherente dentro de unas bases gráficas de hace casi dos décadas. Un juego con ese encanto exagerado de la piratería clásica de los videojuegos. Donde el colorido, el dramatismo visual, o el carisma de los personajes y entornos daban mucho de sí dentro de sus lastradas posibilidades. Todo ello amplificado por un diseño sonoro que ha sabido conjugar tambores caribeños y fanfarrias orquestales con sorprendente buen gusto, entre golpes y explosiones corsarias.

Análisis de Captain Blood

Como ya os decía anteriormente, el juego funciona como un híbrido entre la acción más arcade, y una estructura narrativa episódica bastante lineal. Donde destaca el sistema de progresión basado en la mejora de habilidades y equipo, con unos toques de gestión bastante ligeros de muestra embarcación. Todo ello unido a un sistema de combate, que aunque limitado, ha alcanzado su mejor versión cuando he dominado su control y los combos. Y es que esa filosofía de aprender y repetir, tan propia de la vieja escuela, ha generado esos picos de satisfacción que saben recompensar el dominar las mecánicas.

Análisis de Captain Blood

Sin embargo, no todo ha sido oro en el cofre de Captain Blood. El mayor lastre es sin lugar a duda su incapacidad para integrar el pasado con el presente. Y es que se nota demasiado la brusquedad y la dureza de los controles y mecánicas. Especialmente sangrante es la cámara, muchas veces anclada a un diseño obsoleto, que se posiciona donde le da la gana, y que me ha traído por la calle de la amargura base de ocultar enemigos o girar con brusquedad en espacios cerrados.

Análisis de Captain Blood

Además, detalles como la carencia de un sistema de fijado de enemigos, hacen que los combates se sintieran caóticos y y bastante erráticos. Cosa que unida a unas animaciones toscas, donde se sufre especialmente en las volteretas o los ataques imbloqueables, terminan por desesperar, dando esa sensación de títulos desfasados que ya no soportan la comparación con estándares actuales.

Análisis de Captain Blood

Por otro lado, las cinemáticas y las partes más narrativas han dejado aún más claro el desfase tecnológico que tiene el juego, con modelos acartonados y actuaciones de voz , que por mala ecualización, en ocasiones, se han perdido entre los efectos sonoros. Por cierto, una narrativa, que aunque con potencial, no ha logra sostener una progresión emocional que te haga conectar, rodeándonos de misiones que nada tienen que ver con el hilo narrativo, y diálogos funcionales pero sin alma.

En conclusiones, he terminado jugado este Captain Blood como quien hojea un viejo libro o cómic encontrado en un cajón, a sapiencia de lo que iba a suceder, pero la curiosidad, el cariño, y esa conciencia de saber que estamos ante una obra detenida en el tiempo ha hecho que le de la oportunidad

Un regreso que ciertamente me ha parecido valiente e incluso por momentos divertido. Y es que he sabido disfrutar del combate cuando ha sido directo, de su estética cuando toca lo absurdo, y de su música cuando ha capturado ese espíritu épico de la piratería.

Captain Blood, me ha parecido una cápsula del tiempo fascinante, siendo un claro homenaje al videojuego de acción de hace dos décadas que, con más ambición narrativa y ajustes modernos, podría haber sido mucho más. Pero el cual me ha ha bastado para devolverme la emoción de surcar los mares digitales.

Código digital proporcionado por Evolve PR

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