Simulador de patrullero de corte clásico
Me ha tocado tirarme a las calles de este simulador policíaco que nos acerca a las problemáticas calles de Averno City. Y con ello meternos de lleno en la piel de un policía novato donde la tensión de las persecuciones y la visita a callejones oscuros en busca de criminales, va a estar a la orden del día.
Y es que The Precinct, es el último trabajo de Fallen Tree Games. Con el cual ha querido sumergirnos en un sandbox policial teñido de estética ochentera, donde se intenta mezclar casi los conceptos de simulación de policial con el caos que puede aportar un mundo abierto.
Un juego que en teoría se presenta como una propuesta que recuerda a los clásicos del cine de acción y a los GTA de la vieja escuela. Aunque tiene ideas muy interesantes y una premisa que realmente motiva, ha terminado teniendo altibajos que estoy aquí para compartir en este análisis.
FECHA LANZAMIENTO |
13 MAYO 2025 |
DESARROLLADORA |
Fallen Tree Games Ltd |
DISTRIBUIDORA |
Kwalee |
PLATAFORMAS |
PC – XBOX ONE – PS4 – SWITCH – XBOX SX – PS5 |
VESIÓN ANALIZADA |
PS5 |
VALORACIÓN |
7 |

¿De que va todo esto?
Entrando ya en la experiencia que es The Precinct. Deciros que este nos pone en la piel de un joven agente con una clara y personal misión, desentrañar el misterio detrás del asesinato de su padre, sin dejar de lado su labores a la hora de mantener el orden en una ciudad infestada de criminales. Todo ello planteándose desde una perspectiva isométrica que recuerda a los GTA originales. Un trabajo que nos lleva a patear las calles a pie, en coche, e incluso desde un helicóptero, enfrentándonos a toda clase de delitos, que pueden ir desde sencillas multas de tráfico hasta asaltos armados.

Todo ello en una ciudad que está dividida en distritos bien diferenciados. La cual se presenta como un mundo abierto, lleno de vida, y de constantes variaciones. Donde los ciclos día/noche y el clima dinámico, añaden una capa de realismo y particular ambientación, que aportan credibilidad a la ciudad y al mundo que nos rodea, eso sí, no siempre ha impactado en lo jugable.
En el corazón de la experiencia, siempre estás respondiendo a llamadas de emergencia, deteniendo sospechosos, leyendo derechos, investigando bandas y subiendo de rango. Es una rutina diaria que se entrelaza con un sistema de progresión basado en el cumplimiento eficiente de tus deberes, donde tus acciones generan diferentes reacciones y resultados que son muy satisfactorios, aunque lamentablemente, pueden volverse un poco repetitivos con el tiempo.

Los detalles más y menos interesantes
Sin lugar a duda, tiene muchos detalles a destacar. Pero sin duda de lo mejor de este es su ambientación. Y es que Averno City se muestra como un ente con personalidad y una ambientación única. Donde los diferentes personajes, la decadencia que lo rodea todo, y los siempre indeseables excesos, hacen que esas calles llenas de luces de neón y charcos, contribuyan a crear una atmósfera que nos abosrve y nos mete muy de lleno en su pequeño mundillo de crimen.

También que valorar lo serio y profundo que intenta en ser en todo momentos tanto a nivel narrativo como de concepción jugable. Y es que este no es solo disparar y correr, hay que seguir protocolos, registrar sospechosos, rellenar formularios de detención, comprobar matrículas, en las situaciones más básicas, pero que nos termina por llevar incluso a situaciones donde pedir refuerzos policiales, bloqueos viales, o acciones más contundentes, terminan por ofrecer posibilidades tácticas que enriquecen muchas situaciones, y te hacen sentirte en el papel de un policía de lo más entregado a su labor.

Sin embargo, todas aquellas estructuras que me encantaban al inicio, han acabado por volverse contra sí misma. Haciendome sentir que el juego se va metiendo en una monotonía a las pocas horas de empezar la experiencia. Y es que las misiones se repiten con escasa variación, y la narrativa, la cual termina por no aportar demasiado dentro de una historia que podía haber dado mucho más de sí.

Por otro lado, tengo que marcar a mal a la inteligencia artificial del juego. Y es que est enos lleva a innumerables situaciones en las que mi compañero no reaccionaba como debiese, los criminales huían sin oposición, o las persecuciones se convertían en algo especialmente complejo y poco agradable debido a una conducción mejorable. Y es que es una pena que un juego que bebe tanto de ellos, los vehículos se han sentido torpes al conducirlos, con momentos muy imprecisos y bastante frustrantes. Y que nos lleva a situaciones que nos penalizan casi sin opción a hacer algo para que eso no suceda.

Tampoco puedo ignorar ciertos errores técnicos. Desde colisiones y físicas absurdas, hasta personajes y objetos que desaparecen sin venir a que. Además, en una ciudad que se siente tan viva y llena de posible opciones esta no tiene demasiadas cosas que hacer más allá de las misiones y algunos eventos aleatorios, que no hacen que nunca nos salgamos de nuestro papel policial.





Por cierto, recordad que los amigos de Meridiem Games han puesto a la venta una edición física para todos aquellos amantes del coleccionismo.

Conclusiones
En resumen, después de sumergirme en The Precinct con muchas ganas de revivir esos conceptos clásicos, me he quedado un poco decepcionado. Me he encontrado con un juego que tiene su propio carisma y un gran potencial, que intenta recuperar una estética olvidada y ofrecer una nueva perspectiva del género sandbox, cambiando el papel de criminal por el de policía. Todo esto, acompañado de una presentación visual bastante interesante y un sistema de patrullaje que resulta divertido y atractivo.
Sin embargo, la emoción inicial se va desvaneciendo con el tiempo debido a la falta de variedad, una progresión jugable y narrativa que deja mucho que desear, y algunos fallos técnicos que, aunque no arruinan la experiencia, sí que dejan su huella. A pesar de todo, The Precinct es un juego interesante y entretenido, que logra conectar con aquellos a quienes realmente está dirigido. Es una propuesta que, con un poco más de cuidado y variedad, podría haber alcanzado un nivel mucho más alto en ese escalafón policial que intenta presentar.
