Un puzle lleno de belleza natural
Cuanto amor y tranquilidad me ha supuesto el sumergirme en Preserve durante todo este tiempo. Y es que me he encontrado con uno de esos juegos que se destacan dentro del maravilloso mundo de los rompecabezas relajantes.
Y es que esta creación del estudio Bitmap Galaxy plantea un enfoque bastante único bajo una sensibilidad naturalista que realmente se aprecia en cada detalle. Encontrado como detrás de su apariencia visual sencilla, hay una experiencia que me ha llevado de la meditación a la estrategia, bajo una verdadera carta de amor a la naturaleza transformada en un puzle que se esconde tras unas bases con una identidad sólida, coherente, y con un gran potencial.
FECHA LANZAMIENTO |
15 MAYO 2025 |
DESARROLLADORA |
Bitmap Galaxy |
DISTRIBUIDORA |
Grindstone |
PLATAFORMAS |
PC – XBOX ONE – PS4 – SWITCH – XBOX SX – PS5 |
VESIÓN ANALIZADA |
PC |
VALORACIÓN |
8’5 |

¿De que va todo esto?
Desde los primeros momentos que entras en Preserve, uno se encuentra motivado a construir un ecosistema equilibrado en un tablero de hexágonos, donde se fusionan mecánicas de colocación de losetas con gestión de recursos y puntuación estratégica. Una esencia jugable que se centra en la colocación precisa y bien calculada de cartas que representan plantas, animales y fenómenos naturales, todo con el fin de crear sinergias que maximicen la armonía del entorno, y con ello nuestra puntuación.

Todo ello planteando de la forma de que cada vez que logramos agrupar tres fichas iguales, se desbloquean espacios para fauna específica, y al combinar animales con sus hábitats ideales, iremos acumulado puntos y recompensas que me han permitido desbloquear nuevas cartas y áreas del mapa. Teniendo cada una de ellas diferentes necesidades y opciones con que ir completando. Y de las que tendremos que sacar el mayor rendimiento a nivel de puntuación.
Una de las características más interesantes es la expansión vertical. Ya no solo podremos extender el mapa lateralmente, sino también construir en capas, superponiendo terrenos y creando biomas tridimensionales. Estos elementos dan sentido y enriquecen las posibilidades tácticas a la hora de interconectar diferentes hábitats, además de ser un detalle que realmente refleja la ambición y el buen hacer que hay detrás del diseño del juego.

Por otro lado, tengo que destacar los diferentes modos de juego que brindan experiencias claramente distintas. Por un lado está el modo clásico, el cual ofrece partidas tranquilas, casi como una meditación. Por otro lado, el modo puzle ha requerido precisión y una buena dosis de planificación, con recursos limitados y metas bien definidas. Y por último un modo creativo, donde tenemos la libertad de dejar volar nuestra imaginación sin límites, creando paisajes solo por el placer de hacerlo. Todos ellos, junto a un ranking mundial y de amigos mantienen el interés y adaptan la experiencia a cualquier jugador o estado de ánimo.

Los detalles más y menos interesantes
Uno de los puntos que más me han gustado de Preserve es su habilidad para transmitir con calma el desafío que propone. Para ello plantea un bonito diseño visual, con líneas limpias y colores cuidadosamente elegidos, que crean una atmósfera muy acogedora y apacible. Con esto nos lleva a diferentes biomas como bosques y océanos, pasando incluso por desierto y épocas jurásicas. Cada uno de ellos con su propia lógica, condiciones únicas y estética particular. Esto ha evitado la monotonía y me ha obligado a ajustar mi estrategia constantemente.

También es de apreciar mucho cómo el juego recompensa la planificación a largo plazo. Y aunque el azar juega un papel en la mecánica de cartas, nunca se siente que la suerte sea el factor decisivo. Por lo que las decisiones bien pensadas tienen un impacto claro y tangible. Una variedad de cartas extensas donde tengo que destacar algunas tan particulares como; las cartas de eliminación que permiten rectificar errores, los multiplicadores por agrupar fichas o flujos de agua que añaden una forma diferente de sacar partido al entorno, o la posibilidad de intercambiar cartas o comprar especiales. Un derroche de posibilidades que aportan puntos a tener en cuenta.
Tampoco puedo dejar de destacar el buen trabajo ambiental y sonoro. Y es que lejos de ser solo un fondo atmosférico, Preserve incorpora efectos sutiles que enriquecen la inmersión. Encontrado desde el murmullo de los arroyos, el susurro del viento o el canto de las aves, detalles pequeños pero esenciales que han reforzado la sensación de estar participando en la creación de un entorno vivo y respirable.

A pesar de su evidente encanto, Preserve todavía tiene algunas áreas que no me terminan de encajar. La más destacada es la falta de un sistema de progresión más sólido que motive a los jugadores a pasar más tiempo en el juego. Y aunque he disfrutado cada partida, después de varias horas, he notado que el ritmo de desbloqueo se vuelve un poco predecible, cosa que hace que la estructura se vuelva repetitiva y falta objetivos a medio y largo plazo.
Además, el equilibrio entre desafío y relajación, que es tan delicado y fino en este tipo de juegos, no siempre está bien ajustado. Por ejemplo, en el modo clásico, he sentido que faltaba algún tipo de hito intermedio o evento dinámico que le diera un poco de vida a la partida. Y en el modo puzle, pese a que presenta unos retos interesantes, la curva de dificultad es algo algo irregular, alternando entre niveles muy fáciles y otros que son excesivamente difíciles, sin una transición clara.





Conclusiones
En resumen, Preserve ha sido una grata sorpresa que ha logrado mezclar lo táctico con lo contemplativo de una manera muy efectiva. Su propuesta, enfocada en el equilibrio natural y la belleza del diseño de los ecosistemas, me ha brindado una experiencia única dentro del género de los puzles. Demostrando ser uno de esos juegos que realmente respeta al jugador, no lo abruma pero tampoco lo subestima, y su enfoque modular y la variedad de modos disponibles lo hacen accesible sin sacrificar la profundidad.
En definitiva, he disfrutado mucho con cada momento explorando sus biomas, reflexionando sobre la interdependencia de cada ficha, y permitiéndome unos minutos de paz y concentración en cada sesión. Preserve no es solo un juego, sino que además es una invitación a cuidar y pensar en lo que nos rodea, y sobre todo a celebrar la belleza de lo simple, cosa que en estos tiempos, es algo realmente valioso.
