Una fantasía muy bien forjada
Muchas eran las ganas de meter de lleno en este Blades of Fire, el nuevo título de acción, rol y exploración de nuestros queridos MercurySteam.
Una aventura que me ha parecido muy sólida y competente. Que ha terminado por forjar y dar sentido a una experiencia donde el trabajo con el acero, y ese universo donde la fuerza bruta y el combate se mezcla para dar salida y sentido a una aventura rolera con una precisa ambientación de fantasía medieval marcada por la tiranía y el heroísmo. Donde tengo que destacar como se ha apostado por una fórmula donde se han quitado del medio niveles, misiones complejas, y se ha centrado en potenciar las armas y el estudio de un sinfín de enemigos que tendremos que entender para poder salir con vida de este mundo.
| FECHA LANZAMIENTO |
| 22 MAYO 2025 |
| DESARROLLADORA |
| MercurySteam |
| DISTRIBUIDORA |
| 505 Games |
| PLATAFORMAS |
| PC – XBOX SX – PS5 |
| VESIÓN ANALIZADA |
| PC |
| VALORACIÓN |
| 7’5 |

¿De que va todo esto?
Entrando ya en los conceptos base que dan forma a este Blades of Fire. Deciros que este posee una estructura metroidvania muy bien delimitada y marcada. Donde el buen diseño de mapeado hace que se estructure en zonas separadas en lugar de un gran mundo interconectado.

Todo ello, bajo una narrativa nos lleva a un reino dominado por la Reina Nerea, quien ha convertido casi todo el acero en piedra, salvo aquel que porta su ejército. Cosa que ha llevado a un auténtico caos, que tendremos que superar por el bien del mundo que nos rodea. Para ello encarnamos a Aran de Lira, un herrero con la capacidad de reavivar el metal petrificado para forjar su propio arsenal… y ahí empezará nuestra aventura.
Como buen herrero que somos, todo va a girar en torno a la forja. Y es que sin lugar a dudas este es uno de los pilares fundamentales, y está claro que el gran aporte de este juego al género. Y es que este no nos lleva simplemente de elegir un arma, sino que nos aporta esa vena creativa donde tendremos que componerlas pieza a pieza a través de planos obtenidos en combate, materiales de todo tipo, y un curioso minijuego que añade una capa de habilidad manual al proceso. El resumen un sistema de personalización divertido y complejo, que exige cierta reflexión estratégica y una buena capacidad de adaptación.

Todo ello nos acerca al combate. Planteando este con una clara apuesta por la táctica y el estudio del enemigo. Entendiendo como cada tipo de daño y cada parte del cuerpo del enemigo tienen un papel. Así que aquí no basta con atacar, hay que tener sabiduría y visión. Teniendo como gran punto de referencia una barra de energía independiente de la defensa, que nos obliga a gestionar recursos constantemente, y a saber llevar adelante con coherencia el tempo del combate.

Los detalles más y menos interesantes
Como ya os he comentado, el sistema de forja ha sido, sin lugar a dudas, el alma de esta experiencia. Dando la oportunidad de experimentar con variadas combinaciones con materiales, empuñaduras y hojas, lo ha permitido crear armas específicas para cada tipo de enemigo o situación. Y que dan un ritmo mucho más dinámico y original al típicos árboles de habilidades. Haciendo que el progreso dependa más de nuestra capacidad para entender las reglas del sistema y sacarles el máximo provecho, que de simple numerología. Cosa que se amplifica cuando experimentamos con el minijuego de forjar y la tensión que produce el que un golpe mal dado suponga un mal resultado.

En la parte del combate, tengo que subrayar el enfoque pausado pero sin respiro de este. Haciendo que cada enfrentamiento exija mucha paciencia, observación y una ejecución precisa. Dando sentido a cada impacto o error, que nos pueda acabar llevando por el mejor o peor camino. Cosa que nos hace tener unos inicios duros que el tiempo termina por nivelar gracias a nuestra capacidad de adaptación.
Tampoco quiero hablar de la exploración. Y es que tras la estructura laberíntica de las regiones, se esconden secretos, rutas, y lugares, realmente interesantes de descubrir. Como ya os decía, un diseño de mapeado que me ha gustado mucho.

Eso sí, el juego tiene algunos peros que tengo que remarcar. En primer lugar deciros que aunque la historia tiene una base interesante y el ambiente es atractivo, me ha parecido que acaba teniendo una ejecución bastante regulera. Donde todo termina por ser predecible a nivel avance narrativo, y donde la guíonizacion tampoco termina por destacar con diálogos bastante normalitos. Y aunque hay unas bases y un gran potencial, vamos a terminar vagando entre lo predecible y lo inteligible.

Por otro lado, el control no es todo lo satisfactorio que hubiera deseado. Ya que no termina de ser tan ágil y funcionar de forma tan precisa como exige el propio combate. Esto hace de los combates algo robóticos, demasiado rígidos, y no tan placenteros, como uno tendría en su mente. Cosa en lo que tampoco ayuda demasiado una cámara que en los espacios cortos y angostos nos juega una mala pasada.
Por último, decir que los jefes no han terminado de motivar. Planteando unos patrones y mecánicas muy poco originales y predecibles que me han llevado a batallas que desde el primer segundo ya sabía como replantear.



Conclusiones
En definitiva, Blades of Fire es una experiencia particular y bastante única, y que vuelve a dejar claro el gran estudio que es MercurySteam. Un juego que consigue alejarse de las fórmulas más típicas de los juegos de rol y acción, para esconderse bajo un enfoque más táctico, donde sobresale esa genial forja.
Por el resto, he disfrutado mucho de su universo, de su desafío, y aunque también he notado que algunos aspectos narrativos y técnicos que dañan un poco la experiencia termina por sus una aventura que es fácil de que entre en nuestras vidas.
En definitiva, Blades of Fire es un juego más que notable, que sorprende en ciertos aspectos, y vuelve a dejar bastante claro el potencial, el cariz, y las virtudes que tiene el equipo de MercurySteam y todos sus proyectos.





