Con lo que me gustan las historias narrativas y emotivas, no podía perder la oportunidad de acércame a esta propuesta indie y bastante introspectivas, llamadaCopycat.

Y es que esta llega cargada de sutileza y bastante fuerza emocional, de mano del estudio Spoonful of Wonder. Para plantearnos una curiosa y gatuna experiencia narrativa, que nos vuelve a dejar claro como a veces una historia pequeña puede tener un corazón enorme. Todo ello a través de los ojos y garras de una gata.

Copycat se adentra en los rincones más profundos del duelo, la identidad y el hogar. Y lo hace sin estridencias, pero con ciertos matices que pueden enturbiar la experiencia, eso sí, confiando en que el jugador sepa detenerse, observar y sentir, ante una aventura que tiene muy buenos e intensos momentos.

En base, Copycat se presenta como una aventura narrativa de corte lineal, donde la jugabilidad se desvanece en favor de la historia. La protagonista, Dawn, es una gata de refugio que encuentra un nuevo hogar con Olive, una anciana solitaria que acaba de perder a su anterior mascota. A partir de ahí, el juego construye una experiencia centrada en el vínculo entre ambas, alternando secuencias interactivas con momentos de reflexión y breves desafíos mecánicos.

Análisis de Copycat

A nivel jugable, nos encontramos ante un juego en tercera persona, con la exploración limitada, y algunos minijuegos que se encuentran bajo una estructura y una interacción básica. Sin embargo, el peso recae casi por completo en la narrativa, respaldada por una voz en off al estilo documental que acompaña las peripecias de Dawn con ironía y ternura. La historia se bifurca ligeramente con elecciones menores, pero su desarrollo se mantiene deliberadamente dirigido, reforzando la intención de transmitir un mensaje claro y que sea capaz de calarnos con fuerza.

Análisis de Copycat

Sin lugar a duda, donde Copycat realmente destaca es en su forma de tratar a los personajes y las emociones. La relación entre Olive y Dawn se desarrolla con una admirable concepción narrativa, donde el guion se perfila hacia ambas personalidades con una naturalidad que rara vez se encuentra en los videojuegos, y menos con estos curiosos protagonistas. Y es que Olive irradia fragilidad y humanidad, y su conexión con Dawn, es capaz de evolucionar de manera muy orgánica, convirtiéndose en el corazón y en el nexo central de una preciosa y emotiva historia.

Análisis de Copycat

Y es que, sin duda, hay que reconocer que la escritura se siente madura, empática y, sobre todo, honesta. Y es que se ha planteado bajo una sensibilidad poco común en los diálogos, y una notable habilidad para evocar sentimientos complejos con gestos sutiles. La ambientación sonora que acompaña con precisión cada giro emocional, añadiendo piezas orquestales que no solo adornan, sino que enriquecen y amplifican lo que sucede en pantalla. El doblaje, por su parte, añade una capa extra de autenticidad que refuerza la conexión con los personajes.

Análisis de Copycat

Además, el uso del marco narrativo tipo documental para contar las acciones de Dawn es realmente ingenioso y está lleno de encanto. Y es que esto no solo le da una identidad propia al juego, sino que también permite que el humor y el drama coexistan sin romper el tono general. Sinceramente me para un genial equilibrio, y uno de los grandes logros de este Copycat.

Análisis de Copycat

Por desgracia, la experiencia sufre mucho en muchos puntos. Y es que Copycat se encuentra con bastantes obstáculos en su tramo final. Y es que después de unos inicios que se hacen agradables, sólido, y emocionalmente convincentes, la historia comienza a perder fuerza, especialmente al alejarse de Olive y su conflicto familiar. Cosa que lleva la historia a unos derroteros que desplaza a Dawn de su hogar e introduce un enfoque más simbólico, pero menos impactante. Cosa que nos lleva a una segunda mitad del juego donde se siente poco a poco como se desconecta de los personajes originales, y ese clímax emocional que tan bien se había tejido con tanto cuidado en la primera parte, para resolverse de una forma que termina por darte casi igual, entre detalles que no llegas a entender.

Análisis de Copycat

En cuanto al diseño, las secciones de plataformas tridimensionales rompen la fluidez del conjunto. Y es que el movimiento no es todo lo ágil y preciso que se espera, y hace torpe a Dawn. Este funciona bien para la exploración pausada, pero se vuelve problemático en otros segmentos algo más movidos. Sinceramente hay decisiones interactivas poco relevantes que tampoco ayudan, ya que terminan por añadir esa sensación de que el jugador es más un espectador que un participante.

Por último, su duración, poco más de dos horas, puede dejar a algunos con la sensación de que la experiencia termina antes de alcanzar todo su potencial.

En definitiva, Copycat es una obra que se destaca por su sutileza en un medio que a menudo se deja llevar por el exceso. Y aunque su historia es breve y tiene sus tropiezos, logra dejar una curiosa huella emocional y sabe tocar nuestra fibra más sensible. Y es que la relación entre Olive y Dawn, con su evolución lenta y sincera, junto con la manera en que el juego aborda temas como la pérdida, la identidad y el consuelo, lo convierte en una experiencia que va más allá de lo que uno se podría ver venir.

Y es que posiblemente pese a que su desenlace no cumpla con las expectativas que genera, o ciertas mecánicas no satisfagan a todo el mundo. Hay que reconocer que Copycat no tiene la intención de competir en esos aspectos, siendo su verdadera ambición el emocionarnos, el invitarnos a la reflexión, enseñarnos a explorar la empatía desde una perspectiva única, y recordarnos que el hogar no siempre es un lugar físico, sino un vínculo emocional que tengamos con él. Una preciosa experiencia que no debéis dejar pasar.

Código digital proporcionado por Spoonful Of Wonder

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