De manera sigilosa, ha llegado a mi vida una de esas propuestas que nos envuelven en una atmósfera melancólica e industrial, evocando la sensación de estar en un diorama. Con todo ello sobre la mesa me he topado con una grata y sorprendente experiencia llamada Eriksholm: The Stolen Dream. Esta joya indie, inesperada, que nos presenta la historia íntima de una joven en busca de su hermano perdido, que rápidamente se transforma en una aventura coral llena de conspiraciones, resistencia ciudadana y una ciudad vibrante que parece cobrar vida en cada esquina.

Sin duda un genial debut del estudio sueco River End Games, que no solo destaca por su calidad técnica y contextual, sino también por su enfoque narrativo y su entendimiento de lo que realmente hace grande a un buen juego de sigilo. Por todo ello, no quería dejar pasar la oportunidad de compartirlo con ustedes a través de este análisis.

Entrando ya en las bases de Eriksholm. Deciros que este propone una experiencia de sigilo isométrico en tercera persona con un fuerte componente narrativo. En la que nuestra protagonista, Hanna, deberá infiltrarse por distintos distritos de la ciudad que da nombre al juego, usando el entorno, las sombras y herramientas improvisadas con el fin de sortear patrullas enemigas.

Análisis de Eriksholm: The Stolen Dream

Todo ello tras una constante evolución jugable, que destaca y se amplía con la introducción de dos personajes muy particulares; Alva, la líder rebelde con unas bases jugables donde destaca su gran movilidad, y Sebastian, un trabajador corpulento capaz de realizar acciones físicas que los demás no pueden. Haciendo con esto que cada uno aporte una habilidad distinta al conjunto. Todo ello bajo un diseño de niveles que se articula como un gran puzle de entorno, en el que deberemos alternar entre los diferentes personajes para avanzar en esta intensa historia.

Tengo que destacar, que a nivel estructural, el juego se plantea bajo un estructura que se divide en capítulos lineales, pero repletos de caminos secundarios y pequeños secretos que descubrir. Haciendo con ello que la exploración, aunque algo acotada, nos recompense la curiosidad con fragmentos de historia y nuevos detalles sobre el mundo que nos rodea. Todo ello complementado y envuelto con cuidadas escenas cinemáticas, y una dirección de arte realmente exquisita, que hace brillar la experiencia muchísimo.

Análisis de Eriksholm: The Stolen Dream

Entrando en detalles más particulares. Uno de los que más me han gustado ha sido su diseño de niveles. Y es que cada escenario funciona como una caja de rompecabezas en miniatura, donde la solución nunca es sólo una, introduciendo matices y detalles que nos llevan a situaciones muy bien logradas. Y es que el juego incita a experimentar, a situaciones de ensayo y error, eso sí, sin castigar en exceso al jugador. Todo ello bajo una inteligencia artificial de los enemigos que resulta lo bastante predecible como para planificar estrategias, pero también lo bastante reactiva y precisa como para mantener la tensión constante.

Análisis de Eriksholm: The Stolen Dream

Todo ello se une a un equilibrio entre narrativa y mecánicas muy bien entrelazado. Presentando una historia, sin caer en excesos melodramáticos, que logra conmover y tocar la fibra gracias a personajes bastante bien definidos y a diálogos bien guionizados. Especialmente el trío protagonista aporta una serie de capas distintas a la experiencia. Donde veremos cómo Hanna representa la inocencia quebrada por la injusticia; Alva, la acción revolucionaria; y Sebastian, la resignación que encuentra un nuevo propósito. Que nos acerca a una relación y una interacción con gran peso que carga constantemente con todos los apartados base del juego

Análisis de Eriksholm: The Stolen Dream

Por cierto, la ambientación merece una mención aparte. Esta nos acerca a una Escandinavia de principios del siglo XX. Para ser más exacto a la ciudad de Eriksholm, la cual como ya veréis rebosa personalidad entre puentes suspendidos, fábricas humeantes, mercados bulliciosos… Disfrutando de cada rincón, los cuales ha sido diseñado con mimo y mucho detalle, donde temas como la iluminación contribuyen tanto a la estética como al propio diseño jugable, generando sombras y reflejos que influyen en la forma de moverse por el mundo.

Análisis de Eriksholm: The Stolen Dream

Eso sí, la decisión de presentar a los tres personajes de manera escalonada me da la sensación que le quita un poco de fuerza a la jugabilidad en la primera mitad del juego. Encontrando como durante varias horas, solo controlamos a Hanna, lo que hace que el ritmo se sienta más lento y que la experiencia tarde en despegar.

Análisis de Eriksholm: The Stolen Dream

Además, aunque el sistema de puntos de control suele ser bastante generoso, hay momentos en los que las repeticiones se vuelven un poco tediosas, especialmente por las animaciones lentas o las rutas de enemigos que son un verdadero desafío. Todo ello se une a algunos problemas en el ritmo narrativo, donde las cinemáticas, para mi gusto, son demasiado largas y no se pueden omitir, pudiendo romper la inmersión.

Análisis de Eriksholm: The Stolen Dream

Por último, siguiendo con la parte narrativa, aunque la historia está bien construida, sus giros son bastante predecibles. Creando un guion sólido pero que no se arriesga mucho, especialmente con ciertos temas; como la crítica social o el conflicto político, que se tratan de manera bastante superficial.

Análisis de Eriksholm: The Stolen Dream

En resumen, Eriksholm: The Stolen Dream se presenta como esa ópera prima realmente ambiciosa que sabe captar la esencia del los mejores diseñosde los juegos de sigilo, unido a esa mezcla narrativa que le da vida y alma a la experiencia. Logrando con ello una notable armonía entre desafío, emoción y belleza.

River End Games demuestra con este título que el sigilo puede ser accesible, y como una buena guionización y narrativa puede ir de la mano de esta jugabilidad. Y es que cada paso que das en las calles de Eriksholm deja una marca, cada sombra se convierte en una promesa de descubrimiento, y cada personaje aporta unos conceptos únicos que aportan armonía entre ellos.

Sin lugar a duda no es un juego especialmente innovador, pero hay que reconocer que todo lo hace correctamente, aportando una experiencia que queda por encima de muchos de sus contemporáneos, y que termina por aportarnos una de esas pequeñas grandes historias escondidas en una gran ciudad.

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