Sicilia, pólvora y honor
Muchas eran las ganas de disfrutar de uno de esos juegos que tanto echo de menos en los últimos años, y que para mi, siempre han sido la gran experiencia dentro del mundo de los videojuegos, las aventuras narrativas. Un concepto de juego que sabre entrelazar mecánicas clara y concisas, mundos bien diseñados, y ante todo, historias bien contadas llenas de vida, emotividad y personajes con una potente personalidad. Pues con todo esto se planta ante nosotros Mafia: The Old Country, la nueva obra de la saga, creada por Hangar 13 y publicado por 2K.
El estudio, que ya revivió la saga con Mafia: Definitive Edition y dio forma a Mafia III, regresa con una propuesta que se siente como un viaje a las raíces. Con una aventura que esta vez nos lleva a la Sicilia de principios del siglo XX, donde las leyes son solo palabras y la lealtad familiar lo es todo. Aquí no hay rascacielos ni coches en cada esquina; solo caminos polvorientos, calles empedradas y miradas que dicen más que mil palabras. Y en medio de todo esto, un protagonista que se abre paso a cuchillo y bala en un mundo tan hermoso como peligroso, el cual os vengo a dar a conocer con este análisis.

¿De que va todo esto?
Entrando ya de lleno en esta reseña. Deciros que tomamos el papel de Enzo Favara, un joven con un pasado realmente duro tras haber pasado toda la infancia en una mina de azufre tras ser vendido por su propio padre. Así que sin más guía y objetivo en la vida que la necesidad de sobrevivir, pronto se da cuenta de que la mafia siciliana puede ser su camino a la salvación, pero también su perdición.

Toda esta importante base narrativa nos acerca a una propuesta donde Hangar 13 vuelve a mezclar acción en tercera persona, conducción ya sea a caballo o en los primeros coches de la época, y momentos de sigilo, todo envuelto en una narrativa muy cinematográfica y realmente emotiva. Todo ello para abrirnos las puertas de un mundo abierto bastante acotado, en donde por encima de todo está la historia, la clara protagonista de esta aventura, haciendo que todo lo demás gire a su alrededor.

Los detalles más y menos interesantes
Si algo hace bien The Old Country es sumergirte en su atmósfera. Sicilia no es solo un escenario bonito; es un personaje y una forma de narrar más. Y es que sus mercados abarrotados de gentes, la música callejera, las conversaciones en siciliano, y todos los paisajes y rincones rurales, te meten de lleno en la época.
La historia, aunque con algún cliché de manual dentro del cine y la literatura negra, se cocina a fuego lento, presentando personajes con peso y giros bien medidos. Aportando un clímax muy potente que seguro que os va a marcar, y que los amantes del género seguro que van a disfrutar muchísimo.

El combate, aunque no inventa nada, pero es cierto que transmite realismo. Viendo como las armas escasean, las coberturas se destruyen, o disfrutando de unos enfrentamientos a cuchillo que sin duda son el plato fuerte. Unos duelos que no dependen solo de sus mecánicas, sino que se unen de forma magistral a unos momentos de tensión dramática en los que el enemigo te provoca, te amenaza y te obliga a mantener la calma, viendo como la narrativa y el gameplay se dan la mano.

A nivel visual, el juego es un espectáculo. Cada ciudad, cada camino polvoriento, cada tormenta está cuidada al milímetro. Todo eso sin dejar a un lado el maravilloso diseño de personajes, sus animaciones faciales, y esa vida que lo rodea todo, y que aporta una inmersión maravillosa. Todo acompañado por una preciosa banda sonora y una genial ambientación, que junto con el doblaje en castellano y la opción de voces en siciliano, eleva aún más la inmersión en esta época.

Eso sí, pese a que gran parte de la aventura reluce en muchos sentidos, hay puntos que no me han terminado de gustar. Por ejemplo la IA enemiga sigue siendo un punto débil, como pasa en general en todas las aventuras. Y es que en momentos de acción hay rivales que se lanzan sin pensar, abandonando sus coberturas o arremetiendo hacia ti como si estuvieran buscando su final. Cosa que le quita tensión a los tiroteos, y que terminan por hacerlos repetitivos.

Por otro lado, el sigilo es funcional y agil, pero bastante básico. No hay escondites ingeniosos ni movimientos complejos; se limita a aprovechar coberturas y seguir rutas predefinidas. Hace su trabajo, aporta intensidad, y cambia y da sentido al juego cuando este aparece, pero nada más allá de eso.
Por lo que se refiere a la conducción, está bien implementada, aunque es cierto que arrastra limitaciones dentro de un mundo abierto relativamente pequeño, lleno de caminos estrechos y barreras invisibles que restringen la libertad.

Por último hay algunos puntos interesantes a nombrar. Uno de ellos son lasopciones de personalización como las armas y los amuletos con mejoras pasivas, que aportan cierto toque único, aunque no transforman radicalmente la experiencia. Y por otro lado, y dentro de la parte narrativa, deciros que este es un título que sigue la misma línea de las anteriores entregas. Donde la unión de escenas cinemáticas y misiones, te recordarán y darán un ritmo peliculeroa lo que ya has vivido en otras entregas, donde en esta Enzo logra darle su propia identidad.

Conclusiones
En conclusión, deciros que Mafia: The Old Country no es una revolución dentro del género de la aventura, pero se disfruta y te enamora si eres amante del género, y de esta saga en particular. Volviendo a destacarse y hacernos sentir muy dentro de su mundo gracias a una genial narrativa, una ambientación impecable y unos personajes que dejan huella.
Una experiencia realmente interesante, y de esas que tanto echo de menos, que pese a sus fallos a nivel de inteligencia artificial, o esa repetición en ciertas mecánicas, os aseguro que ellas no opacan el hecho de que estamos ante una experiencia cuidada, intensa, emotiva y, sobre todo, coherente con el espíritu de Mafia.
Y es que si eres de los que vienen a buscar una de esas posibilidades de sumergirte en una buena historia de honor, traición y pólvora, con un pie en la realidad y otro en el cine clásico, este viaje a la Sicilia de Enzo Favara definitivamente vale la pena muchísimo, y deja bien claro, que muchos más juegos de este tipo deberían de existir.
