Aya Games nos trae una de esas experiencias que claramente apuestan por mundos oscuros, mucho simbolismo de ese que te hace comerte la cabeza, y una narrativa que nos habla sin decir ni una sola palabra. Y es que tras este proyecto que llega bajo el nombre Ayasa: Shadows of Silence, ha sido capaz de hacer una notoria mezcla de arte surrealista y el terror más silencioso.

Un juego que aporta a nuestros sentidos una extraña calma bastante incómoda, detrás de un lo que parece en principio un simple plataformas, pero que termina siendo un viaje emocional que nos invita a avanzar sin mapa ni instrucciones, guiándonos solo por la luz, las sombras y nuestra propia intuición.

Como ya os venís haciendo a la idea, este Ayasa nos lleva a una aventura de plataformas y acertijos ambientado en un mundo simbólico, dividido en seis tierras corrompidas que nos acerca a puntos tan esenciales en la vida como; Fe, Esperanza, Amor, Avaricia, Indiferencia y Traición.

Análisis de Ayasa: Shadows of Silence

La clave de todo es usar la luz. Con ella, abrimos caminos, activamos mecanismos o mantenemos a raya la oscuridad que se traga el Mundo Invertido. No esperéis diálogos ni textos. La historia se nos cuenta a través de momentos perturbadores, imágenes surrealistas y una banda sonora melancólica que te llega al alma, mientras nos pone los pelos de punta.

Todo ello junto a la curiosa evolución de una historia en la que a medida que nos adentramos en ella nos damos cuenta como nuestras decisiones morales van marcando el camino, y pueden terminar por cambiar el final. Así que de nosotros depende si logramos restaurar el equilibrio… o si nos convertimos en una parte más de la oscuridad.

Análisis de Ayasa: Shadows of Silence

Lo que más me ha enamorado del juego es, sin duda, su calidad artistica. Y es que cada escenario parece extraído de un cruce de estilos góticos, mezclado con preciosos mundos anime, pero bajo una pesadilla muy simbólica. Aportando momentos en los que simplemente te quedas quieto, sin mover el mando, solo mirando el horizonte, en el que bosques calcinados iluminados por velas temblorosas, pueblos congelados en un instante de tragedia, o cielos dominados por nubes púrpuras, parecen tener vida propia. Sin duda, esta dirección artística es el pilar que sostiene toda la experiencia, su ambientación, y esa concepción de un mundo que me ha dejado maravillado.

Análisis de Ayasa: Shadows of Silence

Respecto a las mecánica de luz y sombras este también nos regala ideas muy potentes. Trayendo esa sensación genial de revelar rutas ocultas, activar máquinas antiguas o iluminar zonas dominadas por criaturas deformadas, cosa que nos pone los pelos de punta y da ese toque emocionalmente inquietante al juego.

Análisis de Ayasa: Shadows of Silence

Por otro lado, algunos acertijos te sorprenden de verdad, especialmente por cómo integran la temática de cada nivel. Y, aunque las habilidades que desbloqueas no son muchas, están tan bien pensadas que se integran perfectamente en cada zona.

Análisis de Ayasa: Shadows of Silence

El lado que menos me ha gustado es el de los controles y en ciertas secciones de plataformas. Y es que hay saltos que nos piden una precisión milimétrica que no siempre va de la mano con la cámara o la respuesta del personaje. Sin duda esto me ha llevado a momentos de mucha frustración, especialmente cuando fallar significa tener que repetir un tramo largo. También hay partes donde el sigilo resulta un poco irregular, con enemigos que detectan a Ayasa de formas un poco sin sentido, y pese a no ser algo que rompa la experiencia, sí que afecta un poco el ritmo y la inmersión.

En conclusión, deciros que Ayasa: Shadows of Silence es un viaje que nos entra más por el corazón, que por su apartado jugable. Y es que ciertamente su mundo es inquietante, bello y profundamente simbólico, y su forma de contarnos la historia; sin voces, sin textos, solo con gestos y ambientación, consigue transmitirnos muchísimo más que otros juegos llenos de cinemáticas.

Así que si te van los juegos muy experiencia, donde lo emocional importa más que lo jugable, Ayasa te va a envolver sin que apenas te des cuenta. Y es que es una de esas aventuras que se nos quedan resonando por dentro mucho tiempo en nuestro cerebro, pese a que hay lagunas que no la hacen para nada perfectas.

Código digital proporcionado por Critical Hit PR

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