Análisis de Steel Seed

Un mañana de lo más inquietante

Steel Seed nos pone en el papel de Zoe, una joven que despierta en un mundo desconocido tras siglos de hibernación, convertida parcialmente en máquina, donde se verá acompañada por un dron llamado KOBY. Juntos, tendremos que recorrer unas instalación subterránea dominada por diferentes inteligencias artificiales bastante beligerantes y hostiles, que nos van a llevar a tener que enfrentarnos a amenazas de todo tipo, resolver puzles de entorno, y ante todo, desentrañar esa inquietante verdad sobre el propio destino de la humanidad.

Como ya os digo, la jugabilidad nos lleva a la combinación del sigilo, acción bastante ágil y dura, y plataformeo en entornos semiabiertos con un marcado diseño lineal. Proponiendo por encima de todo, esa posibilidad de afrontar diferentes situaciones complicadas entre la acción más directa o el escabullirnos de ella. Aquí tengo que destacar un sistema de combate directo pero algo limitado, donde la mezcla de mecánicas de evasión, diferentes ataques, y un estudio de la forma de actuar de los enemigos cumple de forma interesante y sencillamente correcta este apartado. Todo ello, bien entrelazado con esos escenarios llenos de verticalidad y zonas de plataformas bastante sencillos y poco abiertos a la nuestra posible creatividad.

Sin duda, uno de los puntos que más me ha gustado de Steel Seed ha sido la ambientación. Y es que se ha construido un mundo visualmente potente y llamativo. Donde la mezcla industrial llena de rincones desolados y frío, es capaz de aportar una intensidad atmosférica bastante única y llena de potencial. Destaca aquí el buen trabajo con los entornos y las diferentes instalaciones e instancias muy artificiales, donde se ha trabajado al detalle. En ese sentido, el diseño artístico es genial, habiendo sabido transmitir el mensaje central del juego sin necesidad de excesivas líneas de diálogo.

Por cierto, aquí entra la relación entre Zoe y KOBY, la cual también me ha parecido más que acertada. Y es que pese a que el dron no habla, su acompañamiento es muy agradecido, y resulta ser más que una simple herramienta, ya que nos aporta un uso táctico, como puede ser para; distraer enemigos o resolver puzles. A ello se le une un curiosos vínculo emocional, el cual va creciendo a lo largo de la aventura, y con el cual terminas empatizando, e incluso cogiéndole cariño, realmente bien.

Tampoco quiero dejar de reseñar, que a medida que avanzamos, empezamos a desbloquear diferentes mejoras, tanto para Zoe como para KOBY, mediante diferentes árboles de habilidades, que se irán abriendo a medida que cumplamos diferentes desafíos específicos. Añadiendo con ello una interesante progresión que nos motiva a experimentar y descubrir nuevas formas de afrontar las situaciones.

Por último, quiero referiros la posibilidad de hackear enemigos, ejecutar eliminaciones silenciosas, o manipular el entorno. Cosa que ofrece variedad, pero no siempre con la profundidad que se espera a día de hoy con estas mecánicas.

Por desgracia, Steel Seed también ha evidenciado algunas carencias importantes. La parte plataformera, por ejemplo, me ha parecido uno de los elementos más flojos. Y es que pese a que Zoe puede correr por paredes, planear o escalar, el diseño de niveles termina limitando estas capacidades, y las vuelve poco abiertas y fluidas. Cosa que también se traslada a ciertos momentos del sistema de combate, el cual termina por plantearse demasiado predecible y rígido una vez comprendidas las rutinas enemigas.

En lo narrativo, si bien la premisa principal es más que atractiva, a lo largo de la partida y su desarrollo este decae muchísimo. Y es que pese a su correcto guion, hay momentos que todo se vuelve poco natura, y no termina de fluir con toda la delicadeza y aportación emocional que debiese tener un juego con esta importante carga narrativa. También tengo que decir, que la historia en general tiene buenos momentos, pero carece de ritmo y de escenas que verdaderamente sean capaces de quedar en nuestra mente.

Técnicamente, me he encontrado con problemas que han mermado la inmersión. Como pueden ser; ciertas bajadas abruptas de framerate, errores en el sistema de colisión, y bloqueos en momentos narrativos o eventuales que me han hecho tener que volver a repetir zonas. Cosas que por desgracia enturbia, en ciertos momentos la obra.

En conclusión, Steel Seed ha sido una experiencia que me ha llevado por diferentes sensaciones y emociones tras una buena carcasa general. Un juego donde se nota que hay cariño y buenas intensiones, gracias especialmente a esa estética, la atmósfera, la guionización, y al diseño de mundo, pero que se ve lastradopor unas mecánicas, por momentos, demasiado rígidas y unas base técnicas que terminan por mostrar ciertas costuras y lastres que a día de hoy están más que superados.

Pese a ello, tengo que decir que me lo he pasado bien con Steel Seed. Ha sido capaz de amarrarme a su universo gracias a buenas e interesantes ideas, y a un mundo que te motiva a ser explorado, especialmente gracias a sus misterios y ambientes agobiantes que tan bien logra y expone, y que sin lugar a duda, terminan por plasmar una experiencia agradecida y más que disfrutable por los amantes de la ciencia ficción.