PixelNauts nos brinda la oportunidad de vivir en primera persona la experiencia de viajar al espacio, quizás no en un viaje idílico, pero la propuesta de este equipo independiente nos deja con la miel en los labios, un juego de luces y sombras en muchas ocasiones, una aventura que destila madurez en su guión y que peca de simpleza en su faceta más primitiva, la jugabilidad.

ANÁLISIS

Lost orbit cab

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VERSIÓN DISPONIBLE

PC – PS4

VERSIÓN ANALIZADA

PS4

DESARROLLADOR

PIXELNAUTS

DISTRIBUIDOR

PIXELNAUTS

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VALORACIÓN

6’5

httpv://www.youtube.com/watch?v=D5IIlD-21Dk

NUESTRA FORMA DE VALORAR LOS JUEGOS

HOUSTON, TENEMOS UN PROBLEMA

Quizás sea un poco cliché rescatar esta mítica y popular frase cada vez que acudimos a juegos de este corte, pero sin duda aquí va como anillo al dedo.

Encarnamos a Harrison, un simple trabajador que se dedica a reparar estaciones espaciales y otros cachivaches suspendidos en esa inmensa gravedad cero. Nuestro protagonista, por muy especial que nos parezca lo que hace, está golpeado por ese martillo llamado rutina, su día a día entre estrellas no es más que parte de su normalidad, pero la vida siempre depara sorpresas, y no por denominarse sorpresa debe tener un matiz positivo. Harrison se ve sumido en el abismo más absoluto, un océano de constelaciones, roca meteórica y corrientes solares las cuales debe ir sorteando como único camino para volver a la tierra, en lo más profundo de su ser aún queda esperanza.

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SPACE WARS: EL RETORNO DEL CHACKPOINT

Una aventura de pura habilidad y una vuelta a los confines de la industria, la simpleza en su mecánica no es más que la clave del éxito, o no.

Con esta rocambolesca frase para algunos tan solo queremos hacer entender al lector que la gracia en Lost Orbit reside prácticamente en un noventa y nueve por ciento en un tipo de jugabilidad “endiablada” donde la habilidad del jugador es determinante para resolver las distintas misiones a lo largo de los distintos sistemas que iremos recorriendo a lo largo de este recorrido espacial.

Esquivar, acelerar, soltar una bomba, frenar con propulsores delanteros, saltar, capturar el checkpoint para salvar medio nivel avanzado… Todas estas palabras montan un entramado en el que el jugador debe saber desenvolverse para llevar a Harrison sano y salvo a casa. En definitiva y como comentábamos un poco más arriba, un aventura de habilidad pura y dura, avanzando por los confines del universo moviendo al personaje de un lado a otro de la pantalla para evitar el destino más cruel.

La forma en la que se va desarrollando Lost Orbit es quizás demasiado lenta durante gran parte del juego, y cuando más cómodo se siente el jugador es cuando vemos ese irremediable final acercándose de manera imprudencial. La premisa es sencilla, por octava vez, vamos avanzando en un mapeado donde nuestros propios reflejos son el conejo de la chistera, no solo para esquivar obstáculos, rayos láseres, meteoritos o mil cosas más, también para la recolección de “Obtanium”, una piedra maravillosa que nos dará el material necesario para poder ir comprando mejoras a nuestro personaje, que quizás seamos osados al poner alguna palabra relacionada con el ROL, pero en esta ocasión hablamos de mejoras por niveles de las capacidades de nuestro querido Harrison a través de las actualizaciones de su traje, volar más rápido, tener más energía en el propulsor o soltar una bomba más grande puede marcar la diferencia entre llegar al checkpoint o ver nuestros sesos esparcidos a lo largo y ancho de la pantalla.

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Poco más que comentar en lo que respecta a la experiencia de tener el mando entre las manos, un juego entretenido y que te mantiene alerta en todo momento para poder superar las misiones con éxito, su problema radica exclusivamente en lo que se comentó anteriormente, se trata de un juego que debería buscar la desesperación del jugador mínimo en algunas zonas, nunca llega ese instante de pura adrenalina donde sabes que estás esquivando lo imposible, y cuando parece que comenzamos a llegar a algunas partes más complicadas, por la narrativa, ya sabemos que nos estamos acercando muy peligrosamente al final de todo, un juego que a final de cuentas, se hace demasiado facilón incluso sin soltar el dedo del acelerador.

UN ESPECTÁCULO DE COLORES Y SONIDOS

Si tenemos que destacar algún punto por encima del resto dentro de la obra de PixelNauts, obviamente y como se observa de primer momento, su gran ambientación junto a una banda sonora que sin duda brilla con luz propia.

Cuando nos embarcamos en la aventura de ayudar a Harrison en su vuelta a casa, desde el minuto cero nos quedamos embaucados con ese juego de luces y colores que provocan los distintos efectos tanto de los power-ups como de los obstáculos, toda un enmarañado de objetos en pantalla que provocan un auténtico festival multicolor. Un tornado solar que te absorbe de color verde para expulsarte en un color naranja, una nube espacial que te impulsa como un destello de color violeta o una pompa que te atrapa para escupirte de un color azul, en pantalla el baile de colores es constante, y jugando Lost Orbit con una luz tenue o incluso a oscuras, teñimos la habitación con una paleta de colores muy vivos que despiertan nuestro entusiasmo.

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Punto y aparte merece lo que a nuestro modo de ver significa un apartado sublime que suma enteros absolutamente al título. Jugar a Lost Orbit sin su banda sonora sería absolutamente un despropósito, en ella tenemos los ritmos no solo adecuados para acompañar, también podemos considerarlos perfectos, te llega a absorber de manera absoluta dentro de la pantalla. Además, el juego cuenta con una voz en off que va narrando los movimientos de Harrison, en ingles y subtitulada, pero el toque dramático de esas situaciones son sin duda lo que el juego requiere por completo, y que no hace más que reafirmarnos en nuestra valoración más que positiva de este apartado sonoro.

NUESTRA OPINIÓN FINAL

En Generación Pixel siempre nos gusta dar esa prioridad que merece un juego desarrollado por una compañía recién montada o con pocos recursos, en esas situaciones se agudiza más el ingenio y vemos auténticas obras maestras. El caso de Lost Orbit no puede catalogarse así debido a que como ya hemos comentado tiene ciertos fallos como la falta de ritmo y de intensidad en el comienzo, para acabar cogiéndole el gustillo cuando estamos llegando a remacharlo.
A pesar de todo, un juego con grandes virtudes que hacen equilibrar la balanza hacia una experiencia muy disfrutable para el jugador de a ratos, prácticamente en un par de horas está terminado, la cosa es como distribuye cada uno su tiempo para disfrutar de esta aventra de habilidad espacial.
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