¿Qué es lo que pasa cuando un juego llega a sorprender gratamente y para su segunda entrega se hace el harakiri? Pues ni más ni menos lo que pasa con Afro Samurai 2. Después de que en 2009 Namco Bandai llevara a las consolas la adaptación del anime Afro Samurai, que sorprendió gratamente (sin muchos alardes pero con su encanto), la desarrolladora Redacted Studios, nos trae su segunda parte, desmembrando todo lo bueno que en su día mostró.
Hemos intentando afrontar con los mejores ánimos posibles este análisis, pero el título no nos lo permite, lamentando que venga dividido en tres capítulo y no en un solo, para así poder pasar todo el disgusto de seguida.
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ANÁLISIS |
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. VERSIÓN DISPONIBLE XBOX ONE – PS4 – PC VERSIÓN ANALIZADA PS4 DESARROLLADOR REDACTED STUDIOS DISTRIBUIDOR VERSUS EVIL . |
. . VALORACIÓN 3 |
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httpv://www.youtube.com/watch?v=VgbH-tmf-Ps |
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EPISODIO 1
De forma resumida, la historia trata sobre Jinno, uno de los compañeros de escuela de Afro, que culpa a este de las muertes de sus amigos y su maestro. Después de estar al borde de la muerte y convertido en una especie de cyborg, decide vengarlos, intentando dar muerte a Afro. Durante el camino, viviremos momentos de su pasado, pesadillas y recuerdos, que maltratarán la conciencia de Jinno, y que este, en su camino a la venganza intentará superar.
La realidad, es que si no has jugado al título anterior o no eres fan del anime, no entenderás absolutamente nada. Se suceden mezclas de cinemáticas, viñetas de comic y conversaciones sin sentido, que no ayudarán en ningún momento a coger el hilo de la historia.
Bueno, si la historia no ayuda, quizás la jugabilidad hará que valga la pena, ¿no? Pues no amigo mio. La mecánica de juego es la de un hack ‘n slash llevada a la simpleza y con un control torpe. Controlamos un personaje que salta como un pollo, bloquea con un botón y ataca con otro. Por destacar algo positivo, posee tres modalidades de lucha, aunque las cuales solo se diferencian por un solo aspecto. Dos hacen “finishers”, cada una de una forma, y la otra da saltos acrobáticos. Deberemos ir cambiándolos durante el combate en función del enemigo utilizando la cruceta. Al pelear, nos darán puntos para aumentar las capacidades de las diferentes técnicas de lucha.
Aunque no solo tendremos combates, también deberemos realizar algunas fases de “plataforma”. Lo pongo entre comillas porque en pureza lo es, pero en realidad no sé como se le puede considerar a eso. Se trata de partes en las que debemos de escalar con nuestras espadas, clavándonos en la roca, hielo u otra superficie, y pasar de una lado hacia otro.
Otra divinidad caída del cielo es su control. Mira que es simple su mecánica, pues su control es tedioso. A veces reacciona tarde o no reacciona, bloqueos que se realiza a metros de distancia o que no atina, saltos que se quedan a la mitad, o que simplemente corres y no saltas, acabando estampado.
Los enemigos cuanto menos, respetuosos. Puedes quedarte parado, que ellos por respeto no te atacarán, o esperarán uno a uno su turno para hacerlo. Por regla general atacan por orden y con menos maldad que Dora la exploradora. Aunque como he dicho antes, en muchas ocasiones se quedan parados y no realizan ningún ataque.
La dificultad más grande que presenta el juego es conseguir jugar sin apagar la consola. Ya con eso, deberían de darnos el trofeo de platino. Las plataformas no presentan absolutamente ningún reto, solamente el del control del personaje, que puede jugarte una mala pasada y tirarte por un precipicio. En cuanto a los combates, debido a la ineptitud de los enemigos, estos suelen ser muy facilones, aunque sí es cierto, que hay un tipo de enemigo con armadura hasta en los dientes que cuesta lo suyo tumbarlo, teniendo en cuenta siempre la dificultad de controlar al personaje.
En cuanto a la duración, lo que os pida el cuerpo. Si aguantáis hasta el final, durará unas 2 horas, divido en niveles de unos 10 minutos. Aunque todavía quedan por venir otros dos capítulos más, los cuales pueden comprarse todos juntos o por separado.
Su apartado técnico, es sin duda, el apartado que se lleva la gloria. Han pasado por Generación Pixel muchos juegos independientes o de desarrolladoras con poca capacidad económica, en las que su apartado artístico era realmente bueno. Hoy tenemos una muestra de lo contrario: si empezamos por los escenarios, estos son pobres, repetitivos y sin vida. Los personajes no hacen justicia al comic, sus texturas son arcaicas y se quedan atrapados con los pocos elementos que encontramos en los escenarios. Si sorprende algo, puede ser cuando cortamos en pedazos a los enemigos al hacer los finisher, pero al tener solo dos diferentes, se termina pronto el factor sorpresa y acaba por tornarse repetitivo y simplón. Otra cosa positiva puede ser las escenas que se narran a través de viñetas de comic, en blanco y negro y fieles al manga, aunque por desgracias son muy escasas.
En referencia a su apartado sonoro, si podemos decir algo bueno, aunque a medias. La bso se nutre principalmente de una canción del rapero independiente Roberto McCoy, canción que sorprende y que queda de fábula con la sangre y los cuerpos desmembrados. Gusta una vez, dos o tres, pero cuando se repite hasta el hastío, ya no es del agrado de todos, ya que la canción suena en los menús, en los comienzos de niveles, en las cinemáticas, etc.
Además para poner el broche al análisis, debemos destacar que viene completamente en ingles, tanto voces como menús. Y por si fuera poco, ni incluye los subtítulos en ingles para una mejor compresión de la historia.
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NUESTRA OPINIÓN FINAL – |
| Como conclusión, estamos sin duda ante uno de los títulos más desafortunados del año, donde todo lo que sorprendió de su predecesor lo abandona o lo desbarata. Con un apartado gráfico zafío, una mecánica de juego simplona, un control que entorpece y una historia que solo hilarán los fans del anime, solo podemos esperar que los siguientes capítulos vayan a mejor. |
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