Análisis de Rogue Genesia

La mortal aventura de Rog

Entrando ya en las bases de Rogue: Genesia. Deciros que encarnamos a Rog, un guerrero versátil cuya misión es salvar mundos amenazados por fuerzas oscuras. Metiéndonos en un juego que se estructura en partidas independientes, donde cada intento es único gracias a la generación aleatoria de niveles, enemigos y habilidades. Todos ellos con una serie de objetivos simples, sobrevivir a oleadas interminables de enemigos, derrotar a jefes poderosos, y mejorar nuestro personaje para enfrentar desafíos cada vez más difíciles.

Como es de esperar el juego se basa en la combinación de combates dinámicos, automáticos, y un sistema de progresión que permite personalizar al personaje con más de dos centenares de mejoras pasivas, medio centenar de armas y una variedad ingente de artefactos únicos. Todo ello con la libertad de elección en cada partida que le da un toque de estrategia y azar. Llevándonos por un esquemático mapeado que nos permite decidir entre enfrentarnos a enemigos, explorar rutas alternativas o mejorar nuestro equipamiento en tiendas.

El sistema de combate es el corazón de Rogue: Genesia. Y es que las oleadas de enemigos son constantes y cada enfrentamiento exige reflejos rápidos y movilidad constante. Donde la variedad de armas y habilidades es más que notoria, como ya os he comentado, desde espadas y arcos hasta hechizos mágicos y armas arrojadizas, cada opción ofrece un estilo de juego único. Además, añadiendo a esto un sistema de mejoras pasivas y artefactos que permiten crear combinaciones muy poderosas, lo que añade mucha profundidad y rejugabilidad.

Por cierto, personalización no se limita a las armas. Aquí entran las cartas de mejora, que se obtienen al avanzar, permiten potenciar atributos como la vida, la resistencia o la velocidad de ataque. Esta flexibilidad hace que cada partida se sienta única, ya que podemos adaptar nuestro personaje a diferentes situaciones y estilos de juego.

Otro de los aspectos que más destacan, es la libertad que ofrece el juego. Y es que cada partida, podemos elegir entre diferentes rutas, ya sea para enfrentarnos a enemigos, explorar niveles secretos o visitar tiendas para mejorar nuestro equipamiento. Esta variedad de opciones mantiene la experiencia fresca y evita que el juego caiga en la monotonía.

Por cierto, no puedo dejar de hablar de la amplia variedad de enemigos que nos atacarán en grandes hordas infinitas, entre los que destacan jefes y minijefes que nos van a sorprender y hacer la vida imposible. Destacando como cada uno tiene patrones de ataque únicos y habilidades realmente devastadoras que requieren estrategias específicas para ser derrotados. Estos enfrentamientos son intensos y muy divertidos, pudiéndonos costar en más de un caso la muerte.

Falta deA pesar de la variedad de armas y habilidades, he notado cierto desequilibrio entre ellas y sus sinergias. Viendo como algunas armas y combinaciones son claramente superiores a otras, lo que puede llevar a que muchos jugadores se centren en unas pocas opciones y descuiden el resto. Cosa que claramente afecta la rejugabilidad, ya que una vez encontrada la combinación ideal, es difícil justificar probar otras alternativas.

También me ha parecido curioso la variedad de objetivos que posee el juego, raro dentro de este concepto jugable. Marcándonos misiones para superar las zonas, más allá de la mera supervivencia. Cosa que ayuda mucho, a la posible monotonía, que pese a tener un combate es divertido, hay que reconocer que se centra principalmente en eliminar enemigos y subir de nivel constantemente, lo que puede volverlo repetitivo tras varias horas.

Además, la curva de aprendizaje puede ser abrupta para jugadores nuevos en el género. La gran cantidad de muertes, característica de los roguelites, puede terminar por resultar frustrante al principio, ya que obliga a empezar desde cero tras cada derrota. Pero bueno, todo el que se acerca a este concepto ya creo que sabe a lo que va.

Por último, uno de los inconvenientes que tengo que remarcar es la ausencia de una traducción al español, lo que puede limitar la experiencia para jugadores que no dominen el inglés. Y aunque las mecánicas son intuitivas, hay que reconocer que la falta de localización dificulta la comprensión de algunas habilidades y descripciones, especialmente durante las primeras horas.

En conclusiones, Rogue: Genesia es un roguelite muy sólido, bien medido, y realmente adictivo, que combina acción frenética con un sistema de progresión profundo y personalizable, con su combate automático lleno de variadas armas y habilidades, que hacen de cada partida una experiencia muy fresca.

Es cierto que no es perfecto, pero lo que hace lo hace realmente bien. Eso sí, cosas como la falta de traducción al español, el desequilibrio en las armas, y la posible monotonía tras varias horas son aspectos que podrían haber hecho de este una mejor experiencia.

En definitiva, Rogue: Genesia es una propuesta más que destacada que vale la pena probar, especialmente si buscas un desafío intensos, caóticos, y divertidos. Y aunque no reinventa el género, su ejecución y atención al detalle lo convierten en un título que promete horas de diversión entre hordas y horas de enemigos entre que muerte y muerte.