Análisis de South Of Midnight

El intenso viaje sureño de nuestra alma.

Entrando a hablar de las bases jugables de esta mágica experiencia. Tengo que empezar hablando sobre la estructura jugable de South of Midnight. Esta se basa en una clásica y bien traída mezcla de acción y aventura en tercera persona con elementos de exploración, combate y plataformas. Todo ello nos va a llevar a recorrer entornos semiabiertos cargados de detalles ambientales y secretos, donde resolver situaciones con ayuda de las habilidades mágicas de Hazel será parte esencial de la parte más tranquila de la aventura, donde como no podría se menos, nos tendremos que enfrentar a criaturas sobrenaturales donde la oscuridad y la corrupción las envuelve.

Un combate, que adopta un estilo hack and slash bastante ágil y bien planteado, donde las combinaciones de golpes, poderes desbloqueables y jefes con particulares condiciones y mecánicas, irán siendo parte de estas situaciones llenas de acción. Siendo especialmente curioso lo bien que se entrelazan con el trasfondo emocional de la narración, y ese alma casi onírica que envuelve el juego.

Todo ello bajo un diseño de niveles, que se plantea bajo un mundo con cierta libertad, pero principalmente bajo una guía que lo hace más lineal, y no permite seguir un hilo narrativo sólido. Una libertad que nos acerca a bifurcaciones que nos dan acceso a coleccionables o fragmentos narrativos, que nos aportan más a la historia y al contexto.

Entrando en detalles interesantes y propios de este South of Midnight. Deciros que me ha gustado especialmente su propuesta estética y narrativa. Y es que Compulsion Games ha logrado capturar la esencia del sur más oscuro y folclórico de Estados Unidos. Todo siendo rodeado de la estética sureña pero donde paisajes decadentes y su concepto espiritual se mezclan a la perfección para acercarnos a un condado llamado Prospero, donde la vida y la muerte se mezclan entre pantanos cubiertos de niebla, oscuros bosques, y silenciosos cementerios, que consigue plantear una atmósfera genial.

Y es que sin lugar a duda la dirección artística sobresale por encima de todo. Creando un diseño de entornos y personajes precioso, donde destacan puntos como el buen trabajo de iluminación, la oclusión ambiental, el texturizado, y ante todo, la utilización de animaciones tipo stop-motion añade una capa muy original especialmente en las cinemáticas.

Tampoco quiero dejar de hacer mención a su preciosa banda sonora y su atmósfera. En la que oiremos como cada canción no solo acompaña, sino que cuenta y da sentido a cada situación. Encontrando desde bellas melodías cantadas, pasando por momentos narrados, a el estar rodeado solo del silencio o de sutiles tonos musicales. Sinceramente me ha encantado esa integración entre música y narrativa, dándole mucha vida y sentido al universo que nos rodea. Eso sí, echo en falta ciertos subtítulos al español, ya que el juego está doblado al inglés, en puntos como las canciones, ya que forman parte de la narración.

También tengo que poner puntos algo menos agradecidos, pero que en ningún momento lastra la experiencia. Aquí aparece de nuevo el sistema de combate, y aunque este es sencillo y ágil, termina por volverse demasiado parecido llegado un momentos, donde ni las propias mejoras de habilidades darán demasiado de sí a la hora de plantear nuevas estrategias de ataque, que solo se vienen un poco más arriba por la necesidad de adaptación a ciertos combates.

Esta simpleza también destaca en la parte de la exploración y las plataformas, cosa que hace que no sean un reto ni nada que nos quiera agobiar, cosa que algunos alabamos y nos nos desconecta la parte narrativa, pero que entiendo que haya gente que busque un mayor reto o complejidad.

En conclusión, deciros que he salido muy contento de la experiencia que me ha aportado South of Midnight. Un juego que es realmente agradecido de jugar. Lleno de matices y sensaciones narrativas que necesitamos más veces en nuestras vidas como videojuegador. Y todo ello rodeado de un trabajo artístico realmente maravilloso, tanto en lo visual como en lo sonoro.

Una de esas aventuras que hacen falta en el mundillo. De esas que nos marcan y emocionan, que nos hacer parte importante de ella, y que nos llevan a valorar y concebir con mucha más fuerza este universo del videojuego como un arte con una complejidad y una aportación realmente única a la cultura.