Locura absoluta es lo que se le ha diagnosticado a los desarrolladores e ideólogos de la demencial idea que es Squirrel with a Gun. Y es que controlar a una ardilla armada hasta los dientes en un juego sandbox no pone especialmente en equilibrio las mentes de la gente de Dee Dee Creations LLC.

Pero la cosa es que yo tampoco he rechazado realizar este análisis, cosa que dice mucho de mi. Así que me he puesto manos a la obra, y me he enfrentado a un título lleno de humor absurdo y caos, que me lo ha hecho pasar muy bien. Eso sí, con matices que ahora os dejaré más claro, ya que la experiencia llega hasta donde puede y la dejan.

Como ya os digo, en Squirrel with a Gun, te pones en el papel de una ardilla bastante particular. Que tras conseguir escapar de un laboratorio secreto, gracias a su habilidad agilidad, y una pistola que curiosamente consigue entender cómo funciona, y no se le da nada mal. Dando todo esto rienda suelta a la destrucción y caos por las calles de una ciudad con bastantes anomalías.

Squirrel with a Gun

Esto nos lleva a una experiencia con total libertad. Donde recolectar bellotas doradas, mejorar tu arsenal, y derrotar a los agentes que intentan atraparte, va a ser nuestro principal objetivo. Todo esto se desarrolla en un entorno de mundo abierto estilo sandbox, en el cual puedes interactuar tanto con los habitantes de la zona, como disfrutar de un entorno lleno de posibilidades plataformeras, potenciadoras, y de secretos que nos saquen un sonrisa.

Squirrel with a Gun, como ya leéis, se presenta como una experiencia que se ríe de sí misma y de todo lo que la rodea. Y que llega con el claro miramiento de divertirnos y no hacernos pensar. Y es que es imposible no hacerlo cuando todo gira en torno a una ardilla armada que combate a agentes secretos.

Squirrel with a Gun

Más allá del simulador de caos que presenta. Este incluye mecánicas de plataformas y resolución de puzles, que añaden algo más de jugabilidad a la aventura. Y es que aquí llega el problema principal del juego, que le cuesta mucho mantenerse original y sorpresivo a largo plazo. Y pese a ser un juego no especialmente largo, unas cuatro horas, se termina haciendo repetitivo y casi mecánico.

Otro de los aspectos más importantes de Squirrel with a Gun es la acción, y aunque es divertida y ágil, muestra algunas limitaciones. Una acción que a lo largo de la aventura nos enfrenta principalmente a agentes gubernamentales que, de manera cómica, recuerdan a los agentes de The Matrix con sus trajes oscuros y gafas de sol. Estos enemigos no presentan un gran desafío; principalmente porque su inteligencia artificial es bastante limitada, lo que hace que el combate pierda atractivo rápidamente.

Squirrel with a Gun

Para ello, estaremos a disposición de un arsenal variado. Llevándonos desde pistolas hasta lanzacohetes, haciendo que cada arma ofrezca un potencial especial y diferentes movimientos especiales para derrotar a los enemigos. Sin embargo, la falta de variedad de acciones y reacciones por parte de los enemigos que quita tensión a esta acción, y aunque al principio puede ser divertido unirlo a acrobacias, a su tiempo bala, y a creativas muertes, la repetitividad de estas acciones termina por agotar el atractivo de la mecánica.

Eso sí, quiero destacar enfrentamientos con jefes, aunque escasos, son un respiro dentro de la monotonía del combate estándar. Estos encuentros ofrecen una pequeña dosis de estrategia y gestión adicional, pero tampoco son particularmente desafiantes. Pero es que temas como la inclusión de tanques y vehículos militares añade un toque demencial a las batallas, y vuelve a sacarnos una sonrisa.

Squirrel with a Gun

En contraste con el combate, las secciones de plataformas y resolución de puzles de entorno son sorprendentemente entretenidas. Utilizar las armas para impulsarte en el aire o realizar saltos más largos añade momentos con bastante potencial, buen diseño, e interés por ver que nos encontramos al final de dicha zona. Destacando aquí el uso variado de las armas para impulsarnos o mantenernos más tiempo en el aire. Eso sí, el control no es especialmente fino, por lo que tendremos que adaptarnos en los primeros compases del juego muriendo bastante.

Respecto a los puzles. Como ya os digo, están basado en el entorno. Resolviéndose a base de activa botones o mover objetos. Siendo por norma general bastante sencillos, y muy centrados en observar lo que nos rodea.

Squirrel with a Gun

Uno de los puntos fuertes de Squirrel with a Gun, es la libertad que ofrece su mundo abierto. Explorar un pequeño pueblo suburbano desde la perspectiva de una ardilla es una experiencia muy particular. Disfrutando de la posibilidad de interactuar con los habitantes de diferentes maneras, ya sea pidiéndoles que te acaricien, subiéndose por sus cuerpo, o asaltándolos a punta de pistola… Eso sí, echo en falta zonas mas variadas, misiones que no solo nos lleven a recoger bellotas, y un mapa que nos aporte cierta orientación. Solo destacando esas posibilidades de desbloquear o encontrar nuevos ropajes que poner a nuestra ardilla, o armas y vehículos que nos ayuden a liarla mucho más.

Squirrel with a Gun

A nivel técnico, Squirrel with a Gun presenta un estilo gráfico bastante particular y premeditadamente feo. Con una ardilla que está bien animada, con cierto carisma, y que posee unas físicas correctas. Todo ello bajo una entornos con un diseño algo anticuado, muy poligonal, y con los efectos justos para dar algo de vida. Pero que vive mucho de los personajes que lo forman, donde los bugs consentidos y las físicas sin sentido que son parte de la experiencia. Respecto al apartado sonoro sencillamente cumple, poniendo énfasis en la sonoridad y en los efectos, más allá de una música que sencillamente acompaña y da ritmo a la acción.

Por cierto, recordad que los amigos de Meridiem Games han puesto a la venta una edición física para todos aquellos amantes del coleccionismo.

Squirrel with a Gun

Conclusión

En conclusión, Squirrel with a Gun presenta una de esas locuras absurdas que tanto nos gustan. Planteando un juego al que llegamos para divertirnos, hacer locuras, y plantar el caos más absoluto mientras nos reímos y sacamos lo peor de nosotros. Un juego que plantea premisas básicas tanto a nivel de acción como de plataformeo y puzle, para goce y disfrute. Pero que se queda algo corto en lo que podremos hacer por la ciudad, diluyendo su sorpresa y buen rollo a las hora de empezar.

Pese a ello, manejar a esta ardilla cabreada, pillar un buen arma, y dale caña a los humanos, es un placer que no me había planteado, pero que parece ser que gusta, es placentero, y por lo menos te hace reir sin demasiadas pretensiones en un mundo donde no todo debe de ser perfecto, y juegos como este dejan claro que de vez en cuando la absurdez y sencillez deben de regresar a nuestras estresantes vidas.

Código digital proporcionado por Meridiem Games

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