Análisis de Inayah: Life after Gods

Un viaje de supervivencia y descubrimiento

Entrando en el mundo de Inayah: Life After Gods. Deciros que encarnamos a Inayah, una joven marginada en busca de su tribu desaparecida en un mundo devastado. Donde unas antiguas civilizaciones y clanes bastante despiadados se disputan el dominio de lo que queda de este mundo.

Esto nos lleva a un juego con esas bases metroidvania clásicas, donde la exploración va a ser el eje central de la experiencia, presentando un mapa bien interconectado repleto de biomas bien diferenciados, donde encontraremos en cada uno de ellos sus propios desafíos y secretos que los hagan particulares. Destacando en estos un diseño con base bastante vertical, la cual va a jugar un papel clave en sus mecánicas jugables y en nuestra movilidad, obligándonos a usar el entorno a nuestro favor.

Todo ello, unido con fuerza a un sistema de combate que gira en torno al guantelete adaptable de Inayah, y que le va a permitir cambiar entre tres estilos de armas; Espadas, Mayal y Puños. Entendiendo que cada una aporta un enfoque distinto al combate y la movilidad, cosa que nos va a permitir gestionar y adaptar ello a cada situación que nos proponga el juego. Además, como buen juego del género, el título incluye un sistema de progresión que permite mejorar habilidades y desbloquear nuevas técnicas mediante un árbol de mejoras, que nos irán dando acceso a futuros caminos y nuevas habilidades.

Tampoco quiero dejar a un lado la importancia que quiere darle, aunque no termina de conseguir, a las decisiones narrativas y el peso que tienen sobre la historia, viendo como afectan al desenlace de la historia y las interacciones con los demás personajes que la forman.

Más allá de mecánicas y conceptos, quiero hablaros de uno de los aspectos más sobresalientes del juego, su apartado artístico. Una experiencia donde cada escenario está dibujado a mano con un nivel de detalle precioso, creando una atmósfera envolvente que nos sumerge en su mundo postapocalíptico de una forma genial. Así que no será raro disfrutar desde ruinas cubiertas de vegetación hasta cavernas iluminadas por bioluminiscencia, cosa que nos lleva a que esa variedad de biomas mantenga en todo momento a la exploración muy fresca y motivadora por ver que se esconde tras cada rincón.

Aquí también tengo que introducir, la importancia que se le ha dado a la música de Inayah Life After Gods. Sabiendo combinar melodías de lo más melancólicas con otras con ciertos toques tribales y ambientales, que sin duda refuerzan la sensación de soledad y peligro constante. Encontrando como tras cada bioma posee un acompañamiento sonoro, que le contribuye a una mejor inmersión, y acentúa los momentos clave de la historia.

También me ha parecido curioso e interesante el sistema bastante versátil de de armas. Y es que como ya os decía, Inayah posee un guantelete que ofrece una mecánica que nos permite transformar su arma en distintas formas, cada una con habilidades únicas. Un sistema que añade bastante profundidad al combate y a la movilidad, ya que algunas habilidades propias de cada arma, son necesarias para avanzar en determinadas áreas. Así que tendremos que tener muy controlado esa posibilidad de intercambiar armas, ya que nos va a dar mucho juego.

A nivel narrativo, como os comentaba, el hecho de que las decisiones del jugador influyan en el desarrollo de la trama y los personajes le añade un valor significativo a la experiencia. Destacando en ello como los diálogos presentan opciones que pueden llevar a desenlaces distintos y permite moldear la personalidad de Inayah según nuestras elecciones, que nos llevaran a diferentes finales.

A pesar de la versatilidad del sistema de armas, el combate lo he sentido algo torpe y necesitado de algo más de fluidez. Con detalles mejorables como la falta de apuntado hace que los ataques no siempre impactan donde queremos, o un mejor ajuste de la animación de ciertas acciones, como es la curación, que me parece excesivamente lenta.

Por otro lado, la parte plataformera y el desplazamiento, me parece que no es demasiado intuitivo. Reseñando problemas con el salto y su precisión, lo que puede llevar a caídas innecesarias o momentos bastante frustrantes.

Por último, deciros que si bien la historia tiene potencial, la ejecución de los diálogos y la caracterización de los personajes no me termina de encajar. Especialmente en la parte de las interacciones, ya que me resultan forzadas y llenas de un dramatismo que en muchas situaciones se nota demasiado artificial.

En conclusión, Inayah: Life After Gods es un metroidvania con una dirección artística sobresaliente y un sistema de combate con buenas ideas, pero sufre de una ejecución con altos y bajos que terminan por lastrar la experiencia. Y es que desde mecánicas de plataformeras que pueden resultar bastante frustrantes, a un combate, que aunque prometedor, no alcanza la fluidez y precisión que me hubiera gustado, se termina por enturbiar. Y que conste que estamos ante una buena experiencia donde otros puntos como; una historia con múltiples finales y un mundo precioso y detalladamente diseñado pueden hacerlo realmente atractivo para muchos jugadores.

En definitiva, Inayah: Life After Gods una aventura desafiante con momentos llamativos y buenas ideas. La cual brilla por su arte y ambientación, pero que podría haberse beneficiados de ciertos ajustes en su jugabilidad para alcanzar una cota de acabado y pulido final algo mayor.