Frenetismo nórdico automático
Asgard’s Fall nos lleva a una mezcla mitología, sangre y gloria, bajo una concepción roguelite. Y es que entrar en Asgard’s Fall es aceptar un ciclo de muerte y renacimiento constante. No hay epopeya sin sufrimiento, y este juego lo sabe. Desde el primer minuto, te lanza al campo de batalla con hordas infinitas, escenarios realmente hostiles, y una atmósfera que destila esencia vikinga. Pero lo que a primera vista parece otro roguelite de acción automática, pronto revela una profundidad que exige atención, estrategia y, sobre todo, mucha paciencia
Bajo el desarrollo de Soulpotion, me he acercado a este acceso anticipado, en el cual me he topado con una experiencia de guerra mitológica bastante frenética, que no da un segundo de respiro, y que nos propone una dosis de acción donde cada habilidad y movimiento cuenta, cada runa es crucial, y donde cada elección puede cambiar los devenires del campo de batalla.
FECHA LANZAMIENTO ACCESO ANTICIPADO |
2025 |
DESARROLLADORA |
Soulpotion |
DISTRIBUIDORA |
Assemble Entertainment |
PLATAFORMAS |
PC |
VESIÓN ANALIZADA |
PC |

¿De que va todo esto?
Entrando en la premisa principal de este juego, deciros que es más que clara; eligir un héroe, lanzarte al combate, sobrevivir (si puedes) y mejoras con cada intento. Un núcleo jugable gira en torno a un sistema de combate semi-automático donde tú controlas el movimiento, pero no los ataques. Este detalle, lejos de simplificar la experiencia, pone el foco en la movilidad, el posicionamiento y el momento adecuado para escapar del caos.

La progresión es donde el juego brilla. Cada personaje cuenta con su propio árbol de habilidades, lo que permite adaptar cada partida a tu estilo. Además, hay un sistema de metaprogresión basado en runas o las pinturas de guerra, el cual otorgan mejoras activas y pasivas. Estas runas se obtienen en combate o se fabrican con pigmentos recogidos del enemigo. Todo ello bajo una gestión en forma de ordenación de piezas donde el espacio es limitado, así que toca optimizar.

Otro elemento interesante es la Red de Wyrd, una especie de mapa de talentos persistentes donde colocas nudos que influencian tus próximas partidas. Este componente estratégico añade un matiz RPG que no muchos roguelites se atreven a explorar con tanta profundidad.
Los detalles más y menos interesantes
Una de las cosas que me ha sorprendió es la dirección de arte. El pixel art coqueto y minimalista, pero bastante llamativo, donde cada diseño, cada criatura, cada efecto visual está impregnado de mitología nórdica, que sabe como hacerte participe de este mundo.

Otro punto fuerte es la personalización. Puedes experimentar con múltiples builds gracias a la combinación de habilidades, runas y nodos de la Red de Wyrd. Esto hace que cada run se sienta única y que la curva de mejora personal sea tangible.
Como curiosidad tengo que deciros que hay una integración con Twitch muy bien pensada. Lo que va a permitir que los espectadores pueden influir en tu partida votando en tiempo real: pueden ayudarte o ponértelo todo cuesta arriba. Cosa que no he podido probar ya que no poseo un canal.



Por desgracia, tengo que decir que hay detalles ha mejorar. Por un lado está el arranque donde el juego no se explica demasiado. Así que si no estás familiarizado con este tipo de sistemas, puedes perderte fácilmente entre nodos, pigmentos y sinergias. Una pequeña guía o tutorial más accesible habría sido útil.

Tampoco hay una historia como tal. Aunque la ambientación es fuerte, no existe una narrativa estructurada que te acompañe en el viaje. Todo el peso recae en el gameplay, lo que puede dejar fríos a quienes buscan algo más que mecánicas.
Por último también noté que, tras muchas horas, ciertos enemigos y eventos empiezan a repetirse en demasía. Y es que pese al diseño procedural mantiene algo de frescura, a largo plazo se echa en falta más variedad real de situaciones o biomas.

Conclusiones
Asgard’s Fall es un roguelite hecho por y para quienes aman el género. Su propuesta se sostiene sobre tres pilares sólidos: frenetismo desmedido, personalización y progresión. Es difícil, sí, pero justo. Requiere ensayo, error, paciencia, y voluntad de aprender. Viviendo cada partida como un paso más hacia la gloria, o hacia una muerte inevitable pero que siempre aporta.
No es un juego para todo el mundo, y tampoco lo pretende. Pero si te gustan los desafíos, si disfrutas viendo cómo tu personaje se transforma en una máquina de destrucción con cada run, y si valoras el componente estratégico tanto como el visual, Asgard’s Fall es una apuesta segura, que más allá de ciertos matices a mejorar, puede terminar siendo una notoria experiencia dentro de un género tan de moda.
