Una de las grandes desarrolladores de rol occidental regresa a nuestras vidas para hacernos felices con juegos de corte clásico y adulto que tanto echamos de menos en los mudos de los RPG. Un regreso de la mano de una de los grandes baluartes de los últimos años de su catalogo, Dragon Age. En esta ocasión, nos llega la franquicia tras una sobresaliente primera parte, y una bastante más criticables segunda entrega.
Un nuevo juego que intenta retomar el camino del Despertar como claro sucesor en la actualidad de aquellos míticos Baldur’s Gate, pero adaptándolo a nuestros tiempo, y habiendo cogido algunas de las pocas cosas interesantes que tuviera aquella menos agraciada segunda entrega. Y con ello habiendo conseguido hacer un coctel verdaderamente sobresaliente, que nos ha dejado un sabor a rol del bueno del que ya apenas se hace. Atentos a la calidad en todos los apartados que vuelve a traernos una de las grande de este género, y como no, de la mano de Bioware.
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OTRA VEZ SE ACERCA EL FIN
La historia nos lleva de nuevo a esas tierras de humanos, enanos, elfos y dragones, donde una brecha se ha abierto entre nuestro mundo y el demoniaco, con todo lo que ello conlleva y el terrible problema que es para un mundo el cual hace ya un buen tiempo se libró a duras penas de la venida del terrible archidemonio.
Por ello, la unión de una serie de personas para crear lo que se llamará la Inquisición se han puesto manos a la obra para echar por tierra esta corrupción de un mundo que nuca ha conseguido ser por diversas luchas internas, un reino apacible y tranquilo.
Y poco más os vamos a contar de una historia tremendamente épica, llena de referencias a las anteriores entregas y al mundo épico fantástico en general. Con una intensidad y una amplitud como Bioware nos ha tenido acostumbrado desde sus inicios. Sin lugar a duda uno de los puntos fuertes del juego, que muestran la magnificencia del producto y del trabajo tanto narrativo como de guión que tiene que existir detrás de estas grandes producciones.
ROL OCCIDENTAL DEL BUENO
Pero no todo será la historia, por lo que si destaca Dragon Age en algo, es porque todo lo hace de una manera más que notable. Y el cuidado en cada uno de sus apartados es una verdadera delicia, por ello, si hemos hablado muy bien de la historia, ahora nos toca hablar igual de bien de la parte jugable.
Y es que entrar en Dragon Age, jugablemente hablando, es auténticamente abrumador. Los primeros minutos de la aventuras son verdaderamente increíbles, ya que nos encontramos ante tantas posibilidades, tantas opciones, y un mundo tan amplio y vivo, que puede llegar a ser un verdadero quebradero de cabeza si queremos ir más rápido de lo que el juego nos intenta llevar. Por ello, aconsejamos que vayáis poco a poco, disfrutando de cada momento, y que esa cosa que imagináis o sabéis que podréis hacer, ya la haréis, tiempo al tiempo.
Y ante tanto abrume, que mejor que empezar hablando de una de las cosas que más lo hacen, el tremendo, aunque dividido en estancias, mapeado. Un mapeado que aunque nos parezca a simple vista poco extenso, nos terminamos dando de bruces con uno que es una autentica gozada. Y no solo por su tamaño, si no por su variedad de lugares y ambientaciones, que hacen de este mundo un gozo para nuestra diversión y disfrute entre tanta variedad de lugareños y seres que cubrirán con un sentido sin igual como Bioware saben hacer siempre. Así que preparaos para encontraros desde ciénagas, a bosques, pasando por grandes fortificaciones.
Punto importante dentro de este caminar, es la que será conocida como Mesa de Guerra, desde la cual se gestionará todas las misiones, las áreas desbloqueadas, e incluso la posibilidad de enviar a algunos integrantes del grupo a realizar encargos que nos des más oro, experiencia, etc. Además también se han incluido aquí las ventajas de rango, las cuales potenciarán a personajes a cambio de unos puntos que nos irán dando. Como ya os decíamos las cantidades de opciones y posibilidades son una locura.
Así que una vez entendido que el mundo que nos rodeará será amplio, solo nos queda empezar a crear nuestro héroe de turno que nos permita viajar a cada uno de los rincones de este.
El editor es una autentica gozada, pudiendo elegir entre gran cantidad de rasgos, más allá de la raza y sexo que vayamos a escoger. Además, aquí podremos encaminar a nuestros personajes hacia una clase como; pícaro, mago o guerrero, las cuales variarán en cuanto a nuestras cualidades, si somos hombre, enano, elfo o qunari. Así que atento con lo que nos creamos, y el camino que puede llegar a llevar.
El sistema de batallas es otro de los punto más que interesantes, ya que se ha conseguido mezclar de una forma muy coherente lo visto en la primera y en la segunda entrega, pudiendo escoger tirar por la parte más movida que nos puede dar un hack and slash de toda la vida bastante simple, o por la parte de un sistema táctico con pausado. Ambos son interesantes de utilizar en diferentes etapas del juego, ya que ante enemigos simples nos la jugaremos a machacar botones mientras nuestros compañeros nos ayudan, y cuando el combate se vuelva más duro pues nos pararemos a pensar y lo realizaremos más tácticos. Así que la variedad es mucha y bien ajustada.
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Por desgracia, y especialmente en consola, no nos ha gustado dentro de esta parte la situación y movilidad de la cámara cuando estamos en la parte táctica, ya que nos resulta demasiado cercana y con poca movilidad para poder plantear bien los combates, cosa que nos hará alguna vez perder el control de la situación.
Una vez entendido el modo de batalla, ya que es parte esencial del juego, nos centramos en la parte más rolera, como son el árbol de habilidades y las subidas de niveles, estando todo muy remarcado en el juego, pese a las pocas posibilidades que tendrá la parte de personalización de habilidades de cada personaje. Todo dependerá del camino que hayamos tomado en unos variados pero no muy amplios árboles de habilidades, que hará que la variación de estos consiga que estos personajes tengan rumbos muy distintos y con cualidades de lo más especiales. Eso sí, un poco más de complejidad y posibilidad de personalización no hubiese venido nada mal.
Es muy interesante la importancia que Bioware le ha vuelto querer dar a uno de sus productos con el tema de las conversaciones. Ya que en retomamos esa importancia e influencia que tendrán todos nuestros actos y lo que decimos. Así que nuestro carácter se forjará y hará que el trato sea distinto con cada personaje que nos siga en esta aventura según nuestra actitud vaya evolucionando y siendo aceptada por estos. Nos ha gustado, como ya pasaba en los anteriores, esa interactuación que tienen entre los diferentes personajes, con sus afinidades y odios, creándose con ello unas historias y vinculaciones que dan la sensación de que tengan vidas propias cuando terminamos de mirar a la pantalla.
En lo que a los personajes que nos acompaña se refiere, los cuales pueden ser hasta tres más además de nosotros, encontramos que reaccionan con una buena inteligencia, y la posibilidad de indicarles tácticas globales los hace más útiles aún. Por cierto, a lo largo de la partida podremos y alternando entre uno y otros, así que no será obligatorio siempre ir controlando a nuestro héroe, aunque si es cierto que será el único integrante del grupo que siempre formará parte de la expedición.
En cuanto a los enemigos, nos encontramos con una inmensa variedad, y su comportamiento es de lo más coherente. Así que atentos a lo que nos enfrentamos, a sus comportamientos y su poder, ya que enfrentarnos a cada uno de ellos será un reto de lo más interesante y coherente.
La dificultad de este Dragon Age es algo que tendremos que tener en cuenta de forma progresiva, ya que encajarnos en zonas de seres muy potentes nos costará la muerte, y algunas de niveles inferiores serán un paseo. Así que nosotros mismo nos gestionaremos lo complicado que queramos que sea todo. Por cierto, ese todo nos puede llevar superar más de ochenta horas, ya que las misiones tanto principales como secundarias son una barbaridad. Así que aquí tenéis Dragon Age para mucho rato.
Por último dentro del apartado jugable os tenemos que hablar de la parte multijugador del juego, la cual es bastante interesante y divertida si juegas con amigos, ya que en ella tendremos que superar una serie de retos para y completando niveles y desbloquear nuevas zonas que nos puede llevar, las cuales en la actualidad son muy reducidas, siendo casi seguro que nos lleguen en forma de DLC.
UN MUNDO ESPECIAL
Entrando en la parte técnica, nos encontramos ante un producto que destaca por su cuidado trabajo en cada rincón de esta. Nada se sale de lo esperado dentro de un producto de este calibre. Empezando por un apartado visual que destaca especialmente por su increíble diseño artístico donde la utilización del motor Frostbite le ha venido como anillo al dedo.
Todo está lleno de detalles que hacen ver que el trabajo realizado con cada rincón del juego ha sido de lo más enfermizo. Destacar cabe, el impresionante trabajo realizado con los escenarios, con una vida en ellos increíble, donde las plantas, los animales y los propios seres del mundo se entremezclan para darnos una sensación pocas veces vistas en un producto.
Por otro lado está el diseño de los personajes, que también roza un altísimo nivel. Donde hay que destacar por un lado los diseños general y en especial sus rostros. Y por otro lado lo minuciosamente cuidado que han sido las armas, ropajes y armaduras que nos acompañarán. Y todo con unas animaciones buenísimas, y unos efectos visuales de luces y partículas que solo la nueva generación o el PC podrían permitirse.
Desde la parte sonora, nos encontramos también ante una autentica gozada para nuestros oídos. Melodías épicas tras la cual se encuentra el creador de la banda sonora de la serie Vikingos, Trevor Morris, que crea una perfecta coordinación sonora con la acción y las largas horas de caminar por este mundo. Y todo acompañado de unos potentes efectos sonoros, y unas voces en ingles con subtítulos al castellano de una buena calidad entre tantísimo texto que lleva el juego.
NUESTRA OPINIÓN FINAL
La verdad que Dragon Age Inquisition nos ha hecho volver a creer muchísimo en el trabajo de Bioware, a la cual siempre habíamos amado. Un trabajo abrumador allá por donde vayas. Lleno de posibilidades jugables, con detalles exquisitos, con un apartado técnico de lujo, y que solo sufre de algunos males endémicos de juegos de este tamaño, pero que con los que pocas veces nos hemos topado.
Casi con toda seguridad el mejor juego de rol de este 2014, y un retorno de la franquicia que nos deja con ganas de ver que nos depara el futuro de esta y de la desarrolladora en general, ya que el potencial que pueden darnos con esta mezcla de guión, apartado jugable y apartado técnico es ilimitado y tremendamente apetecible tiren por el rumbo que tiren.
Una apuesta rolera obligatoria para todos los amantes del buen rol occidental.
LO MEJOR
-El mundo y el universo creado
-El guión, la narrativa y la cantidad de líneas de texto
-Un juego largo, complejo y lleno de posibilidades
-El apartado técnico es de lujo
LO PEOR
-Algunos problemas de cámara en la parte táctica
“Nuestra forma de valorar los juegos“
