Un yoyo que nos lleva a otra época
Cojo mi yoyo. Le doy color a mi vida. Y me meto de lleno en el análisis del divertido universo de Penny’s Big Breakaway.
Una de esas sorpresas plataformeras que nos retrotrae a esos años donde las aventuras tridimensionales nos plantaban en el cerebro el carisma, la diversión y la imaginación, que se mezclaban en una aventuras llenas de saltos imposibles y escenarios alocados para hacernos la vida más entretenida.
Bajo esas premisas se presenta este Penny’s Big Breakaway. Devolverme a una época que echo mucho de menos en este género. Y que gracias a esta joyita se ha sabido representar con especial cariño y esmero como os vengo a contar en estas líneas.
| Fecha de lanzamiento | 21 FEBRERO 2024 |
| Desarrolladora | Evening Star |
| Distribuidora | Private Division |
| Plataformas | PC – SWITCH – XBOX SX – PS5 |
| Versión Analizada | PC |
¿De que va todo esto?
Poniendo sobre la mesa la trama del juego. Esta se desenvuelve alrededor de Penny, una aspirante a malabarista de yo-yo que participa en una audición para un concurso de talentos organizado por un egocéntrico emperador. Pero la cosa se complica y se vuelve totalmente absurda cuando, sin saber porque, su yoyo se fusiona con una criatura, convirtiéndose en una especie de mascota juguetera. La cual, termina por liarla en el concurso, y con ello cabrear al emperador, que nos pone en busca y captura por parte de su ejército de pingüinos. Así que toca escapar, y con ello nuestra frenética aventura. Donde más allá de una narrativa potente, el humor y nuestro personaje son los que cargan con ella.
Todo esto nos lleva a un aventura de plataformas de ritmo bastante ágil. Donde grandes escenarios nos llevan entre diferentes fases de corte lineal. Donde el desplazarnos rápidamente, realizando todo tipo de acrobacias y trucos para sortear trampas y obstáculos, donde se añaden algunos pequeños tintes de exploración en buscar objetos coleccionables. En donde una serie de hordas de pingüinos nos van a intentar capturar… pero para eso tenemos nuestro yoyo.
Los detalles más interesantes
Como ya os imagináis el objeto central y que da vida a la aventura es el yoyo. Un juguete que nos va a permitir tener toda clase de habilidades y desplegar una buena dosis de movimientos, tanto a nivel de movilidad como de ataque. Y es que desde agarrarnos a objetos, pasando por rodar sobre él, o añadir habilidades especiales gracias a comidas, lo van a hacer una delicia imaginativa que da mucho de sí.
Todo ello bajo un bien planteado diseño de niveles. Donde la mezcla de trampas, enemigos y obstáculos, nos van a dar mucha y variada cantidad de opciones y acciones que hacen que cada recorrido se llene de velocidad y fluidez del juego sin dar un segundo de respiro.
Cómo punto curioso, hay que destacar el combate y los dichosos pingüinos. Un combate que se centra en el yoyo. Siendo realmente divertido y dinámico. Y pese a servirnos más como plan de escape posterior, ese concepto de persecución que posee y la curiosa forma de hacernos perder vida mediante pingüinos que se nos quedan agarrados, dándole mucha gracia a esta parte.
Tampoco se puede dejar de hablar de su genial estética visual tridimensional con cierto toque clásico. Donde el colorido diseño de todo lo que nos rodea. Y esa vida que aportan las animaciones, y la gran cantidad de objetos y seres que nos rodean hacen que este tenga un aspecto visual que entra claramente por los ojos. Y que está claro que se sabe acompañar por su musicalidad, variedad de efectos, y su divertida ambientación.
Lo que no me gusta
Eso sí, hay cosas que me causan ciertas dudas o no me han terminado de gustar. Una de ellas es el control del yoyo. El cual no me parece todo lo preciso que desearía, tiene un mapeado de botones algo raro, y todo ello directamente se entrelaza con una gestión de la cámara que no siempre te da el mejor ángulo. Haciendo que ciertas zonas sean un poco confusas e incluso muchas veces llegando al ensayo y error. Así que va a costar hacerse a esta de forma natural. Así que paciencia.
Por otro lado, el diseño de niveles, por norma general, se hace agradable y divertido. Pero también tiene ciertos factores que hace que haya repuntes de dificultad que unido a la mala colocación de los puntos de control, o unos combates contra jefes que no me terminan de funcionar, nos va a hacer repetir amplias zonas tras morir de forma algo cansina.
Conclusión
En definitiva, Penny’s Big Breakaway es una de esas joyitas consigue tirar de nostalgia. Sabiendo traer la esencia de esos juegos tridimensionales de plataformas, humor y personajes carismáticos, que tanto nos han gustado desde hace ya muchos años, y que tanto echamos de menos.
Un juego que sobresale por su particular diseño visual, su ingenioso uso del yoyo, y un muy bien planteado concepto jugable que hará disfrutar a toda clase de público. Ofreciendo esa clara mezcla entre nostalgia con innovación, que nos hace retrotraernos a una época llena de juegos donde la diversión y la experiencia sobresalía por encima de todo. Así que si sois de los que os marcó esa época, dejaros atrapar por este juego y su particular yoyo.
