Análisis de Rogue Waters

Una dura venganza pirata

Poniendo un poco en contexto. Deciros que Rogue Waters te pone en el papel del Capitán Cutter. Un pirata resucitado con una misión clara, vengarse de un traidor, el Capitán Blackbone. Esta base narrativa principal irá impulsa una entretenida trama, que se mezcla con las bases jugables típicas en los juegos del estilo roguelite, donde su narrativa se irá desplegando a lo largo de múltiples partidas. Eso sí, a pesar de su enfoque en la narrativa, el verdadero atractivo de Rogue Waters se encuentra en su sistema de combate por turnos, y la gestión estratégica de la tripulación y el barco.

La premisa es sencilla, controlas a Cutter y su tripulación, a través de una serie de batallas generadas proceduralmente, tanto en tierra como en el mar. Donde cada decisión puede marcar la diferencia entre la victoria y una derrota aplastante. Consiguiendo una experiencia de juego muy bien cosida, tremendamente dura, y con unas bases mecánicas que lo van a distinguir con fuerza de otros juegos del género.

Entrando en el juego. Este se desarrolla en un mapa dinámico. Donde las rutas que eliges determinan los encuentros que enfrentarás. Algunos caminos son más sencillos pero ofrecen recompensas modestas, mientras que otros presentan desafíos bastante potentes, pero con la promesa de obtener objetos poderosos o reclutar mejores tripulantes. Así que toca tomar decisiones, elegir camino, y ser capaz de sobrevivir y asumir la muerte.

Uno de los puntos importantes dentro del juego es el reclutamiento y la evolución de la tripulación. Empezando por la evolución de tu tripulación. Deciros que a lo largo de las partidas, podremos ir reclutando nuevos piratas, cada uno con habilidades y características únicas. Estos miembros no solo mejoran en combate, sino que pueden ser entrenados y personalizados a medida que suben de nivel, lo que agrega es profundidad táctica y esa personalización que tanto motiva y gusta. Eso si, nos mete en la diatriba de tomar decisiones acertadas sobre qué habilidades desarrollar y cómo utilizarlas en el campo de batalla para tener futuro éxito.

Por otro lado, el combate táctico por turnos, es la base primordial de la parte más beligerante. Un apartado que en un principio puede parecer sencillo, termina por ofrecer un nivel de complejidad que va más allá de lo que nos esperamos. Cada batalla se desarrolla en dos fases. Una primera, donde se nos lleva a un enfrentamiento naval en el que los barcos se disparan cañonazos, para seguir con una pelea cuerpo a cuerpo entre las tripulaciones. Siendo curioso como en la fase naval, tienes la oportunidad de diezmar a la tripulación enemiga desde lejos, destruyendo sus cañones o neutralizando sus refuerzos antes de que comience la batalla en la cubierta.

El sistema de combate introduce mecánicas bien implementadas, como el uso del entorno para obtener ventaja. Empujar a los enemigos contra barriles, cajas, redes, o incluso arrojarlos por la borda, lo que añade un toque de estrategia a cada turno. Además, algunas habilidades permiten interactuar con elementos con cierto valor elemental, como las inercias de las cuerdas o el fuego y daño de los barriles explosivos. Esto convierte cada batalla en un rompecabezas táctico donde la planificación y la ejecución cuidadosa de las acciones son clave para sobrevivir, y sacar adelante unos combates donde la dureza enemiga y su inteligencia es muy reseñable como ya os vengo diciendo.

Hablando de enemigos, quiero nombraros especialmente las criaturas mitológicas y los monstruos marinos. Siendo elemento únicos, en lo que Rogue Waters se apoya para su invocación. Siendo muy divertido como irán llegando a nuestras aventuras y batallas reconocidas criaturas legendarias, como el kraken. Estas criaturas no solo aportan un factor de destrucción masiva, sino que también añaden una capa narrativa a la historia, ya que forman parte de la lucha contra la tiranía del Capitán Blackbone.

Desde el punto de vista visual, Rogue Waters presenta un mundo bien trabajado a nivel de diseño, paleta de colores, y efectos visuales. Con un diseño artístico que evoca la esencia de la vida pirata. Donde el diseño y el cariz de los personajes son detallados y tienen una personalidad propia, siempre bajo los estereotipos clásicos del género. Y los entornos destacan especialmente durante las batallas navales, estando llenos de pequeños detalles que aportan mucho carisma experiencia. Eso sí, siempre teniendo en cuenta ciertos valores de producción que pueden llevarnos a momentos bastante más básicos y simples.

El sonido no es particularmente destacable. La música acompaña bien las batallas, con algunas melodías inspiradas en el folclore pirata, pero es fácil pasar por alto su presencia durante largas sesiones de juego. Cosa que por igual le pasa a las actuaciones de voz, que aunque correctas, tampoco son dignas de recordar.

Conclusión

En definitiva, Rogue Waters es mucho más que un simple juego de piratas. Y es que detrás de la historia de venganza del Capitán Cutter, nos encontraremos con la verdadera esencia del juego, su profundo sistema de combate táctico, su enfoque estratégico en la gestión de la tripulación y la adición de criaturas mitológicas, que aportan un factor único y particular al juego. Todo ello bajo una experiencia realmente inmersiva, y desafiante para los fanáticos del género roguelite.

Y es que Rogue Waters logra diferenciarse en un mercado saturado de RPG tácticos introduciendo mecánicas frescas, divertidas, y muy retantes. Donde el combate naval y la interacción con el entorno, te mantienen enganchado partida tras partida. Así que si te apasiona la estrategia por turnos, la temática pirata y las historias de venganza, este título es una travesía que vale la pena explorar.